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Analistas 30/11/2023

No aprendemos

Guillermo Cáez Gómez
Socio Deloitte Legal
GUILLERMO CAEZ

Colombia es básicamente un laboratorio de la corrupción. En el país hemos experimentado de todo tipo de actos de corrupción. El cartel de la salud, de la toga, de las pensiones, etc. Aún así, parece que no hemos querido aprender que el problema no ha sido por exceso o falta de regulación, sino por el contrario el cáncer de la corrupción en el país obedece es a las personas que ejecutan esos mandatos regulatorios y legales.

El pasado martes se aprobó en segundo debate el famoso artículo 70 de la polémica reforma a la salud que está promoviendo el gobierno nacional, con el apoyo de varias bancadas del congreso. Si en Colombia hiciéramos un balance general de percepción de las instituciones, estoy convencido que el Congreso de la República estaría en lo más bajo de la tabla de credibilidad de los ciudadanos con la institucionalidad y esto no es un fenómeno que se deba exclusivamente a este periodo legislativo, sino que son años de esfuerzo y decepción que han llevado a ese deterioro la imagen de una rama con la importancia como la de legislar.

Yo puedo estar de acuerdo con que el Adres pague directo y así evitar la mora en las transferencias que se requieren para que asuntos como los que se vivieron hace unas semanas con la entrega de medicamentos, no se repitan en el futuro próximo. Lo complejo de este artículo es otorgar facultades de pago de facturas hasta de 85% sin que haya una auditoría y control previo o concurrente, sumado a que tan solo 15% será auditado aleatoriamente y no como uno esperaría que fueran de la totalidad.

El riesgo es demasiado alto en un país que ha demostrado la debilidad de su sociedad y la crisis permanente en la que se vive por esa vieja usanza de que el vivo vive del bobo o la tan aclamada malicia indígena que, entre otras, es injustamente atribuida a esos ancestros que de seguro no avalarían estos comportamientos. Los colombianos en un buen número no saben ser leales y mucho menos con el país, tampoco son coherente con su rol y la gallardía de asumir su responsabilidad en la administración de recursos públicos.

El Congreso en este momento no decepciona, fiel a lo que ha sido su esencia aprueba micos sin pensar que esa reforma va para la calle, es para los ciudadanos y no para sus negocios. Que difícil entender que una responsabilidad tan grande como la salud de millones de colombianos, esté en manos de personas que no tienen la conciencia suficiente como para dejar de un lado la agenda propia para pensar en una de país.

Ese sí sería el verdadero cambio para Colombia. Lo cierto es que desde este espacio y sin bandera política, quiero prender la alarma de lo que puede ser la crónica de una muerte anunciada, con un costo para el país y los ciudadanos que es en este momento incalculable. Recuperar el sistema como pasó con el seguro social, nos devolverá años luz, así que, si usted es de lo que no está satisfecho con el sistema de salud, quiere un cambio en el país, pero aun así sin informarse no tiene claras las consecuencias de la irresponsabilidad que está aprobado el Congreso de la República, abróchese el cinturón de seguridad que con este artículo 70 de la reforma, el sistema de salud que hoy conocemos irá en picada y a toda velocidad rumbo al estrellón sin precedentes. Amanecerá y veremos.

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