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Analistas 11/12/2021

Mentirocracia: meta de los Países Bajos

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Constitución, proyectos de ley y planes de gobierno, defraudaron: emularon pésimos referentes, clonaron micos o fueron malas copias. En el mejor de los casos, los incompetentes tecnócratas corrompieron su ejecución.

En una de las universidades más prestigiosas y destructivas del planeta, Zuckerberg fusiló código para promulgar su versión 1.0 de la aldea global digital: Facebook. Tras capitalizar mentiras -identidades falsas, amistades por conveniencia y calificaciones distorsionadas-, Meta constituye su golpe de estado 2.0.

A escala local, la presidente de la Cámara y representante del Meta jaqueó al Externado. Es consabido que, usualmente, los directores y los jurados de trabajos para grado tampoco leen y solo improvisan preguntas o comentarios para justificar su presencia u otorgarse importancia. Incluso, los designados tienden a ocultar conflictos de intereses.

Aunque debería quedar en tela de juicio la calidad de esa educación e investigación, el debate se ancló al plagio; además, ignoró otras violaciones éticas. Verbigracia, años atrás Zarama, gestor de Ser Pillo Paga, me exigió registrar en una publicación a un docente que no había realizado aportes. Aunque me salió cara la decisión, no le hice caso.

Arias es egresada de los Andes, institución que mira para otro lado, como el Centro Democrático, que la respalda, y el Copnia, que acredita su profesión, pues no es abogada sino ingeniera. Igual, el ministro Malagón, economista graduado de la Universidad Nacional, evitó una sanción solo porque habría manchado a los Países Bajos.

Zuckerberg tampoco fue expulsado; incluso, recibió un Honoris Causa y pronunció un discurso que refleja los pobres valores de la ilusa educación, que, en el entorno neoliberal, no ofrece suficiente ROI porque la deuda es impagable o el Estado facilitó la diseminación de garajes que venden títulos baratos; también respaldó los créditos de posgrado como alternativa de grado, y transó especializaciones por experiencia en los concursos de méritos.

Entretanto, las empresas degradan a los profesionales destinándolos a realizar actividades de operarios, técnicos o tecnólogos. En consecuencia, el nivel educativo no apalancó la movilidad social, y los atajos determinan su consecución.

Quizás la congresista delegó el trabajo a su Coordinadora de Control Interno en el Congreso. Colmo de males, exigen debido proceso para inventar excusas; igual, fallaron la Autonomía Universitaria y los contrapesos institucionales. Seguramente terminarán archivando el expediente, junto con el trabajo de grado y este periódico de ayer, en la Biblioteca de Babel (Borges, 1941).

En una entidad sustituí a una jefe de gestión humana que había presentado títulos falsos; renuncié, pues me ocultaron esa situación en los procesos de selección, contratación e inducción, y solo tuve conocimiento tras una cacería de brujas. Entretanto, la honorable «mechipintada» sigue jurando que es Magister en Gobierno y Políticas Públicas de la San Marino.

P-hacking, la ciencia vive de titulares porque solo busca «likes». Y los tecnócratas ignoran que “es preferible ser Sócrates insatisfecho que cerdo satisfecho” (Mill, El Utilitarismo). Yo solo sé que nuestro ADN copió 90% de los cerdos, o 98,7% de los chimpancés.

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