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Analistas 25/03/2023

La Clase Bastarda: Los Miserables

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Siguiendo la costumbre, las mediocres reformas de Petro también maltratan o no protegen a la “clase contradictoria”. Síndrome de pobreza oculta o arribismo evidente, los colombianos nos creemos de mejor estrato (Bienestar subjetivo en Colombia: más allá de los indicadores tradicionales, 1/3/2023).

En los mandaderos medios, los salarios permiten satisfacer algunos caprichos, como ahorrar o invertir. Aunque dicho ascenso promete progreso, el servilismo impuesto acarrea menor satisfacción ocupacional y mayor vulnerabilidad al burnout (You might be suffering from capitalism: contradictory class locations and the prevalence of depression and anxiety, 2015).

Actúan como malabaristas o cabezas de hogar; intentan subsanar errores y compensar carencias, para cumplir o hacer más con menos. Equilibristas sin red, su absurdo destino es articular silos abismales y lidiar con personalidades inestables; escaladores sin arnés, tras hacer el trabajo sucio-impopular, la alta dirección finge “corrección” y funge como “salvadora”, para desautorizarlos.

Degradados en la práctica, experimentan una constante encrucijada: adaptarse a lo que convenga, corrompiendo su identidad; aguantar, hasta que sea inevitable su despido, o renunciar, arriesgándose a asumir una rebaja salarial o terminar en otra posición-organización igual de tortuosa, donde la indignante jornada también permanece estancada entre el sacrificio individual, el conflicto relacional y la empobrecida productividad.

La “autodeterminación” de esa vulnerable clase media es cuestionable. Dicho desenlace es contraproducente, según una investigación que integró estudios previos, porque la motivación “Intrínseca” permite predecir el bienestar y el compromiso laboral, al fusionar interés, dedicación y placer (Beyond intrinsic and extrinsic motivation: A meta-analysis on self-determination theory’s multidimensional conceptualization, 2021).

Entretanto, la volatilidad del incentivo extrínseco menoscaba la “ciudadanía”. En secuencia regresiva, la “Integración” invita a identificarse, vinculando los valores personales con la importancia del trabajo en “misión”; finalmente, la “Transacción” pretende justificarse ante sí o impresionar a otro (ego), apelando al condicionamiento del premio-castigo. Como sea, la evidencia señala que esto induce a actuar de manera fraudulenta, o alterar de manera oportunista e insostenible el desempeño.

Como pivotes, los mandos medios podrían amortiguar y auspiciar puntos de quiebre. Y sin la esclavizante presión económica, las clases medias deberían tener la facultad de permitirse explorar, antes de elegir si prefiere que su carácter o su contribución ocupacional crezca fortaleciendo la armonía de las relaciones laborales, la especialización en áreas profesionales predeterminadas o la diversificación de aprendizajes, para emprender retos innovadores o con renovados impactos.

Los bancos medianos son el centro de la crisis emergente. La economía ha sido tan mezquina con la clase media, como la gestión con los mandos medios. Y más abajo, pese a los incrementos, el Salario Mínimo sigue siendo precario; además, la equidad sólo existirá si le agregan o lo complementan con un Máximo Salarial.

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