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Analistas 26/08/2022

Empleos por impuestos

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Según la Cruz Roja, “en Colombia hay seis conflictos”. Errado, su cálculo debería aproximarse al número de negociaciones del mínimo o tributarias. Petro empezó con pie izquierdo, pues su reforma acaso tapará el hueco fiscal, y anunció con orgullo que sólo reduciría la inequidad de 0,54 a 0,49. Igual, las diversas partes interesadas sabotean ese “cambio”, declarándose víctimas para proteger sus respectivos conflictos de intereses, como hicieron con anteriores gobiernos.

Verbigracia, Bayón desafió su visión desde Ecopetrol; el ELN descalificó la “paz total”, y los carteles gremiales, con sus arrogantes contadores-abogados, conspiran declarando la guerra a la “justicia social”, acusando al impuesto patrimonial de confiscatorio, y extorsionando la manutención de beneficios tributarios con amenazas de éxodo.

Tantos fantasmas del pasado y demonios del Establecimiento hicieron del país una Hidra de Lerna, donde emergen más problemas cuando intentan resolver alguno. Por cierto, Hércules hizo “trampa” para destruirla, y el pérfido Euristeo incrementó en 20% las misiones imposibles que le impuso para inmortalizarlo, tras 12 años de Trabajos Forzados.

Petro tiene cuatro, pero cuenta con nuestra MinTrabajo para aplicar el Artículo 53 de la Constitución, eliminando los contratos precarios y tercerizados, pues, vencidas dos décadas, la Ley 789 de Uribe empeoró todo.

Sinceren las cifras de subempleo. Iniciando con el Mínimo Vital, incorporen progresividad salarial según el grado académico* (no del cargo). Para dinamizar la Movilidad social, flexibilicen los ascensos como asignaciones Transitorias, y regulen máximos salariales porque el éxito es Circunstancial, y no merece ser perpetuado como Derecho Adquirido.

Aspiracionales, transformen la metáfora laboral “escalar”, que implica desnivel, por “maratón” trascendental. No fomenten la desigualdad, el descuido o el desempleo, con recargos y horas extra; eliminen esas preferencias, porque son inviables o insostenibles para las sacrificadas madres cabeza de familia, y premian injustamente a quienes no garantizan mayor productividad, pero su cronotipo los induce a trasnochar, y su momento de vida se los permite.

Jalonemos la creación de empleos reduciendo la Jornada a 28 horas -cuatro días-, y diseñando un programa “Empleos por Impuestos”. Construyamos un país de empresarios y sindicatos; las contrataciones por prestación de servicios y temporales deben desaparecer, y los *independientes* deben asociarse-formalizarse.

De acuerdo con nuestra MinTrabajo, las Cajas de Compensación carecen de “esencia social”; así mismo, los sindicatos se corrompieron y sólo abogan por la minoría de trabajadores-afiliados: no por todos los colombianos, mayoritariamente subempleados. Excluyentes, en un país de Mipyme, extraen de las grandes empresas prebendas extralegales que acentúan la inequidad entre sectores, empresas, cargos e individuos.

Y nada de esto lo corregirá la tributaria; tampoco la elusión a seguridad social e impuestos, manipulando el Factor Prestacional mediante Flexibilización Salarial. Colofón, la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales nunca existió; cedamos para reformar el Estatuto del Trabajo, pues la crisis es sistémica y la dignidad-equidad debe ser Total.

Empecemos convirtiendo el Trabajo en Casa en derecho.

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