.
Analistas 15/10/2020

Chile nueva constitución

Eduardo Verano de la Rosa
Gobernador del Atlántico

El próximo 25 de octubre Chile definirá en las urnas si quiere una nueva Constitución.

Desde 1833 ha tenido un proceso constitucional limitado. En 1925 construyeron una constitución progresista, pero de corto alcance, cuando Gabriela Mistral gana el Nobel en 1945 no podía votar. Las mujeres votaron después de 1948. Pinochet hizo aprobar la actual Constitución en 1980, pero ya no brinda los elementos de un estado social de derecho, ni garantiza los derechos políticos, ni permite una economía verde. Hubo un estallido social en 2018 por las deudas sociales y el modelo económico.

Para ambientar la jornada, la Fundación Pablo Iglesias de Chile nos invitó a un seminario para comparar los últimos procesos constituyentes en América Latina y Europa.

Cristina Narbona del Pso de España analizó el proceso después de 40 años de régimen franquista. Adolfo Suarez tomó decisiones audaces en medio de una guerra civil con la ETA y se convocaron elecciones para un nuevo congreso. Construyeron una Constitución en 1978 pionera de derechos exigibles a la salud, pensiones, educación y una novedosa estructura territorial y fiscal.
España tiene 42 años de vida Constitucional y sus reformas son un referente para Chile. Aunque los menores de 40 años no se sienten representados en esta “nueva” Constitución.

Betty Tola de Ecuador, Constituyente en 2008, explicó su proceso después de 19 experiencias desde 1830. Ecuador un país multicultural, multiétnico, consagró el neoliberalismo, cedieron derechos sobre sus recursos naturales y aceptaron las privatizaciones. La década de los 90’s fue de violencia y tres gobiernos en crisis por el asedio de privatizadores y levantamientos indígenas.
Con el triunfo de Correa se convocó una Constituyente en Montecristi con 130 asambleístas, 36% mujeres. Se Impulsaron avances en equidad tributaria y seguridad Social para un “buen vivir”.

Katty Collins del Norte de Irlanda habló del acuerdo “Good bye Friday Agreement”, un viernes Santo, que permitió una constitución etnonacionalista, manejó el estallido social, amainó la Guerra Civil entre Fuerzas Armadas Inglesas y grupos paramilitares. Margaret Tracher consideró que no había nada que pactar. Después, Tony Blair se jugó su capital político por un nuevo proyecto de país. El partido de Mujeres por la paz jugó un papel decisivo empoderando a las dirigentes de barrio.

Se logró una economía con beneficios para todos los irlandeses y un consenso de cuotas de manejo. Se fortalecieron los símbolos como la corona y el inglés. La prueba de fuego fue un carro bomba que mató un policía. Antes la gente no hubiese rechazado un acto de barbarie, pero hubo una gran marcha que indicó que Irlanda había cambiado.

Como constituyente de Colombia en 1991 expliqué nuestro acuerdo nacional en medio de un ambiente de violencia por la guerrilla, el narcotráfico, tres candidatos a la presidencia asesinados, un proceso de paz con el M-19 y marchas de jóvenes pidiendo una nueva Constitución.

Hubo una masiva participación y se escribió una Carta Magna que interpretó un nuevo país, con un Estado Social de Derecho, un fortalecimiento de la economía con un Banco de la República independiente, una Rama Judicial encabezada por la Fiscalía y la fortaleza de una nueva Corte Constitucional. El país tuvo un nuevo rumbo y transformó la actitud ciudadana. A pesar de las dificultades de hoy, son más las virtudes que se reconocen a la Nueva constitución.

Debemos acompañar a nuestros hermanos chilenos a impulsar la reconstrucción de su país.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA