Petro, incoherencia y desconocimiento

Gustavo Petro aprovechó la oportunidad de tener cerca de 70 líderes empresariales en la asamblea de Proantioquia para hacer sus planteamientos sobre la reindustrialización de Colombia. Lo planteado muestran un enorme desconocimiento de las dinámicas de desarrollo económico y una incapacidad de hacer un diagnóstico adecuado de la realidad social. Ambas cosas conducen a unas propuestas incoherentes y un discurso diletante que se da de frente contra la realidad, como de hecho esta ocurriendo con la minería en el bajo cauca, la reforma a la salud y la reforma laboral. Un mesías de espalda a las realidades.

Señaló: “Hoy, no existe ninguna propuesta de industrialización, ni mucho menos con base teórica.”(1). Dijo que Medellín había liderado una industrialización tímida “al menos existía y con una base teórica, ya en los años cincuenta y sesenta” pero que esto se frustro por creer “…que el libre mercado nos permitiría el bienestar general. Se le llama así: la Teoría del Bienestar General. Se aplicó y lo que tenemos hoy es el resultado” (1)

El resultado es que en los pasados 70 años, múltiples sociedades se han trasformado: Japón y Alemania fueron los milagros de la posguerra, Corea, Singapur, Hong-Kong y Taiwán fueron los milagros de las excolonias. Irlanda, Israel, China y otros más han sacado a sus poblaciones del subdesarrollo y la pobreza. Mientras tanto, Latinoamérica haciendo lo que sugiere Petro que retomemos con la sustitución de importaciones y las intervenciones estatales siguió un camino errado que la ha sumido en el subdesarrollo, el populismo y anacronismos como los de Cuba, Venezuela y el retroceso de Argentina.

Las sociedades se han desarrollado cuando estas como un todo se han apropiado de su destino con la generación de empresas capaces de generar bienes y servicios para el mundo. El denominador común ha sido insertarse en actividades de mayor valor. En palabras de la escuela neoschumepeteriana, el desarrollo en estos países lo explican la capacidad de aprender, emprender e innovar (Nelson y Pack, 1999)

La incoherencia está en que las reformas que ha emprendido Petro impiden este camino. La reforma tributaria era innecesaria e inoportuna. El costo se pagará este año. Es una reforma que profundiza el gran error de Latinoamérica, inhabilita la capacidad de emprender e innovar, y esto hace que la economía no aprenda.

El principal problema de Latinoamérica ha sido un estado asistencialista y depredador, que evidencia el nivel de captura de los excedentes empresariales. En las principales economías región están entre 60% y 90% (Banco Mundial, 2023). En Colombia estaban en 72% y subirán con la actual reforma tributaria. Esto simplemente hace inviable la creación de nuevas empresas y las existentes resisten, pero endogenizan una estructura social y económica precaria con altos niveles de informalidad, pobreza y bajos niveles de ingreso y productividad. Estamos de acuerdo en que “Colombia necesita transformar su estructura económica”. Pero es por un camino muy distinto al que este gobierno está recorriendo.

Dijo Petro con aires premonitorios “claro que lo viejo perece y lo nuevo no aparece” “y es cuando aparecen los monstruos”. Parece que eso fue lo que le paso a Latinoamérica con el populismo y la Cepal y a Colombia con este gobierno.