Entendiendo la riqueza

No entender las dinámicas sociales de generación de riqueza y superación de la pobreza está conduciendo a nuestras sociedades a errores profundos en su ética, en su comportamiento y en la estructura institucional de los países. Y de manera grave, en su estructura de impuestos. Estos se han convertido en una condena al subdesarrollo en Latinoamérica y muchos otros países.

Desde la constitución de las sociedades, fue fundamental el reconocimiento de los derechos económicos de quienes generan el bienestar de las comunidades y tejían el entramado social que construía las primeras ciudades. Dos terceras partes de los Códigos de Hammurabi establecían y regulaban los términos de intercambio y los derechos de propiedad. Idéntica situación se evidencia en los códigos más antiguos recientemente encontrados.

Los economistas institucionalistas, y específicamente Douglas North, han señalado cómo los derechos de propiedad y los derechos de patentes fueron fundamentales para la trasformación económica de los últimos 250 años. Los innovadores y los emprendedores trasformaron la sociedad, y las sociedades los hicieron muy ricos como recompensa por sus creaciones.

Los ricos de cada época han sido los innovadores s y emprendedores en esa fase de trasformación técnico económica. Stephenson con ferrocarriles, Banderbilt con vapores y ferrocarriles, Rockefeller con petróleo, Ford con Automóviles, Carnegie con Acero, Edison con la trasformación eléctrica, Gates, Jobs, Bessos y Musk, con hardware, software y la revolución tecnológica. Hoy, nuestra vida cotidiana expresa las realidades creadas por los innovadores y empresarios que construyeron esta sociedad.

En una reciente investigación se evidencia que las dinámicas de trasformación social, desarrollo y crecimiento económico están asociadas al nivel de creación de empresas e innovaciones en una sociedad. Esto se afecta de manera directa por el nivel de impuestos, que reducen las tasas de retorno y con ello inhabilitan las inversiones que son el eje central de la dinámica económica. (“Driving Complexity in Economic Development: Institutions, Entrepreneurship, and Innovation”; Aparicio, Gomez y Urbano, 2023; Palgrave McMillan)

Es decir, las altas tasas de impuestos no reducen la pobreza, la perpetúan y crean una trampa de subdesarrollo. Oxfam (2023) acaba de presentar en Davos el documento “La ley del más rico, Gravar la riqueza extrema para acabar con la desigualdad” y en este Jose Antonio Ocampo sostiene que “gravar a los ricos ahora es una obligación”.

En términos de Mariana Mazzucato, esta es una definición perezosa y simplista del problema desde la izquierda. En términos técnicos es una definición equivocada. El informe se centra en decir que los ricos son un problema porque son ricos, no analiza las dos cosas claves del asunto: 1- Por qué tantas personas mantienen en la pobreza si el problema real son los pobres. 2- Cómo se han hecho ricos los ricos y porqué donde hay más ricos hay menos pobreza, el ejemplo central es el de China en donde 900 millones superaron la pobreza en dos décadas y es el país con mayor número de millonarios.

Entender estas dinámicas es lo clave para pasar de la insensatez de convertir el indicador equivocado en una calamidad a un entendimiento de una solución efectiva de la pobreza. A los empresarios e innovadores los hizo ricos el resto de la humanidad por lo que ellos generaron en bienestar, no es un “Fracazo de la Politica” como dice el estudio, es el resultado de un acuerdo social que inició con la creación de las ciudades, de la agricultura y las empresas hace 6000 años. Aquellos que eran capaces de hacer algo para mejorar nuestra existencia se lo reconocimos y valoramos y con ello creamos la civilización.

Es clave también entender que esos ricos no comen ni duermen ni viven más, ni son más felices que el resto de congéneres. La riqueza que detentan termina siendo no otra cosa que un encarg social y patrimonio de la humanidad que tienen la enorme responsabilidad de cuidar, y si lo hacen mal simplemente la pierden. La riqueza está representada en empresas en marcha y generando bienestar que tienen que mantenerse solventes. Y la historia ha mostrado que la cuidan mejor que si estuviera en manos de los políticos, especialmente los corruptos. Recuerden Venezuela.