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Analistas 14/01/2023

El colapso del proyecto latinoamericano

Diego Gómez
PhD, Director ECSIM

El año que terminó y el año que comienza no son gratos para una región que se ha ensimismado en un proyecto fallido de centro-periferia, con sustitución de importaciones el marco económico de la Cepal de instrumentalización de la pobreza, la desigualdad y el medio ambiente y como banderas políticas de una izquierda, que además no refuta el marco económico cepalino, sino que lo profundiza. Ambas cosas terminaron en un esquema altamente corrupto de corporativismo y populismo.

Recorrer el continente tiene no deja de inquietar. Argentina con un gobierno en problemas con la vicepresidenta condenada por corrupción, 92,4 de inflación y una severa crisis económica. Un Chile estancado con un crecimiento de 0,3 % en el último trimestre y una crisis institucional en ciernes con un presidente cuestionado y con 70% de desaprobación. Brasil con delicados disturbios y un intento de asonada golpista. Perú con crisis de gobierno y violentas manifestaciones con decenas de muertos. Latinoamérica en conjunto solo crecería este año 1,7%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero el reconocimiento del colapso viene de Jose Manuel López Obrador, AMLO. En un discurso de bienvenida al presidente norteamericano Joe Biden, en la visita oficial del 8 y 9 de enero de 2023 decía: “Es el momento de acabar con aquel olvido y desdén hacia América Latina”. La verdad es que es Latinoamérica la que lleva décadas sino siglos acusando a Estados Unidos de todos sus males y rechazando los esfuerzos por apoyar el desarrollo.

El mismo AMLO lo reconoce: “el plan conocido como Alianza para el Progreso” “… invirtió, en 10 años, US$10.000 millones, que a los precios de hoy serían US$82.000 millones, en beneficio de los pueblos de América Latina y el Caribe”. ¿Que logramos con ello los latinoamericanos? Muy poco, al igual que poco se ha logrado en el continente con los tratados de libre comercio que nos dan acceso preferencial. Cada vez parecemos más cerca de la situación de Haití que de Estados Unidos. Cuba, Venezuela y Nicaragua son un ejemplo de esto.

Y es que AMLO cae en el mismo error de décadas, dice: “¿No podríamos producir en América lo que consumimos? Claro que sí”. Esa la visión cepalina de crecimiento hacia adentro y sustitución de importaciones que ha limitado la construcción de capacidades e inclusión social. Esa visión acompañada del populismo de izquierda y de derecha terminó por generar un arreglo de estados saqueadores que extraen entre el 60% y el 100% de las rentas de las empresas vía impuestos. En Colombia este dato calculado por el Banco Mundial es del 73% para 2020. Así, es imposible generar dinámicas de transformación socioeconómica. Necesitamos una nueva visión del desarrollo dirigida a construir capacidades e integración social vía generación de empresas en nuevos sectores económicos de mayor valor.

El indicador dramático de esta crisis latinoamericana es el titular de los objetivos del viaje de Biden: “Vengo a hablar de inmigración y fentanilo”. La acumulación de tres millones de inmigrantes en la frontera procedentes de múltiples países latinoamericanos…. 200.000 inmigrantes cubanos en 2022, dan cuenta de unas economías con altas tasas de desempleo, bajos ingresos, 60% de informalidad, bajísima productividad y altos índices de pobreza… Ese es el legado del populismo y el las ideas económicas erradas en los últimos 70 años.

Unido a esa descomposición, está el tráfico de drogas: 71.000 personas murieron en 2021 en Estados Unidos por sobredosis de fentanilo producido en México. Seguramente será otra guerra perdida en el campo de batalla equivocado: en el de la oferta jalonada por enormes rentas ilegales.

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