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Analistas 20/02/2024

Construyendo país. La salud

Diego Gómez
PhD, Director ECSIM

Los sistemas de salud son cada día más importantes en la sociedad global. Los niveles de gasto en salud pasaron de ser exiguos a comienzos del siglo veinte a representar más de 10% de las economías desarrolladas en la actualidad. El factor determinante ha sido la tecnología médica que condujo a un aumento de la esperanza de vida, pasando de 53 años en la década de los 50 a cerca de 80 al final del siglo. Esto generó una transición demográfica y una transformación de las necesidades en salud de las familias con el correspondiente aumento progresivo en el gasto requerido. Es clave la comprensión de la dinámica de demanda y aprovisionamiento del bien, además de entender cómo una sociedad se organiza para proveerse del mismo.

La respuesta básica inicial fue la salud pública. Rápidamente se generó un entendimiento de la salud como un fenómeno de “riesgo e incertidumbre”. Las enfermedades y accidentes son eventos impredecibles, y no se puede determinar cuándo se necesitará atención médica. La respuesta ha sido el desarrollo de Sistemas de Aseguramiento en salud que proporcionen un mecanismo para mitigar la incertidumbre financiera asociada con los costos imprevistos de la atención médica. Este entendimiento es el que ha conducido a pasar de sistemas de salud de atención publica a sistemas de aseguramiento.

Colombia avanzó significativamente en su organización social para la atención de la salud al implementar el aseguramiento. La reforma que se pretende destruye este concepto básico sobre el que marchan los sistemas de salud eficientes y efectivos a nivel global; Países Bajos, Alemania o Corea son buenos ejemplos. Esto quiere decir: sistemas con costos controlados, tiempos de atención adecuados y seguridad financiera para las familias. Y cuyos pilares fundamentales son la promoción, la prevención y las redes integrales de salud que asumen el riesgo del costo de atención.

El sistema de aseguramiento además resuelve los problemas centrales del sistema que se han señalado desde el documento seminal sobre el tema “Incertidumbre y bienestar económico del cuidado en salud” del Nobel Keneth Arrow en 1963. El problema de asimetría de información médico-paciente y las conductas de abuso y riesgo moral se mitigan con el agente asegurador informado. La inelasticidad en la demanda puede resolverse con la gestión de inversiones en aumentos de capacidad con los contratos de seguros de largo plazo, las selecciones adversas de población sana quedan integradas por los esquemas de seguros poblacionales.

La no comprensión de la dinámica compleja de la salud ha llevado a una crisis progresiva de los esquemas públicos tradicionales como los de Canadá, España y Reino Unido. La insuficiencia se evidencia en largas colas de espera y altos niveles de aseguramiento privado. El problema es que el Estado queda como asegurador de última instancia, lo que genera una falla sistémica inevitable.

La reforma que se pretende en este Gobierno nos devuelve décadas y nos ancla en modelos fallidos al eliminar el concepto de aseguramiento y su gestión de riesgo desplegado en el sistema. Su falta de entendimiento ha llevado a dejar desfinanciado el sistema actual, llevándolo al colapso de las aseguradoras y de la atención. Tendremos que rearmar el sistema, estableciendo el esquema institucional que habilite su operación en el largo plazo.

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