.
Analistas 15/02/2022

Nuevo impuesto solidario

Ciro Gómez Ardila
Profesor de Inalde Business School

La nueva modalidad del pico y placa en Bogotá, aunque en varios sentidos está orientada en la dirección correcta, no deja de despertar interrogantes, uno de ellos, qué es realmente lo que busca, ¿aliviar el problema de congestión, proteger el medioambiente o, quizá, recolectar nuevas contribuciones para el distrito?

Ya debería ser claro que restringir la circulación por número de placa solo fue un alivio transitorio -si se puede llamar alivio a no poder usar el carro- que finalmente agravó el problema.

Si la infraestructura no puede seguir el paso del crecimiento (algo que parece ser universal) la forma de usar de la mejor manera el recurso escaso, las vías, es aumentando el costo de transitarlas. Esto envía la señal y el incentivo adecuados. Por eso, el pago de una tarifa adicional por poder usar el carro (en realidad, las vías congestionadas) es un paso en la dirección correcta.

Lo inadecuado está en el alto monto y en la manera en que se cobra. Lo ideal sería un cobro bajo por el uso de una vía congestionada en el momento en que lo está, es decir, un peaje variable que no se cobraría, por ejemplo, de noche. Es una solución que la tecnología permite aplicar y que se ha usado en otras ciudades.

El cobro diario por pico y placa se parece, sin ser perfecto. El problema es cuando se cobra por mes o semestre y cuando el cobro es muy alto. Aquí ya la señal actúa en sentido contrario y agrava el problema. Quien ya pagó, solo tiene incentivos para usar más el carro, con lo que el pago mensual o semestral afecta el medioambiente y agrava la congestión: “Mejor uso el carro que para eso pagué”.

Así, lo que parece más adecuado es cobrar poco por día, no por meses ni semestres, y quitar el impuesto de rodamiento; esto, si lo que se quiere es bajar la congestión y cuidar el medioambiente. Y si es principalmente por el medioambiente, sería lo correcto cobrar menos a los carros nuevos, que no contraminan tanto, así sean más costosos.

¿Por qué se amplió tanto el pico y placa? Uno tendría la sensación de que el llamado pago solidario no tuvo tanto “éxito” -no recolectó tanto dinero como se esperaba- con lo que ampliar la medida y, sobre todo, llevarla hasta tarde en la noche es una forma de “estimular” el uso. En realidad, el pago no es solidario ya que la solidaridad es desinteresada y voluntaria. Y este pago no es desinteresado porque se paga para poder circular y no es tan voluntario porque a veces no es opcional usar el carro.

Pareciera que usar carro, propio o público, es un pecado. Sin embargo, hay muchas razones para necesitarlo. Las limitaciones físicas, los tiempos y las distancias hacen que un carro sea muchas veces sea indispensable. Pero la mayor limitante, creo, es la inseguridad; el transporte público tiene muchas ventajas, pero actualmente usarlo pone en peligro las pertenencias, la honra y, a veces, hasta la vida. ¿Quién no lleva un celular? ¿Cuántos trabajos exigen un portátil? ¿Cuántos atracos hay al día?

El llamado pico y placa solidario parece dirigirse más a recoger dinero que a aliviar la congestión o mejorar el medioambiente. El problema es que ese objetivo va en contra de los otros dos: el cobro alto incentiva comprar un carro viejo; el pago por adelantado, a usarlo más. Y no invertir lo recaudado en mejorar las vías, que es por lo que se paga, a perpetuar la escasez.

No hay solución perfecta, pero hay unas peores que otras.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA