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Analistas 31/05/2023

El desenlace de las OPA

César E. Tamayo
Decano de Finanzas, Economía y Gobierno de la U. Eafit
César E. Tamayo

César E. Tamayo

Foto: Universidad Eafit

553 días pasaron desde que la Superintendencia Financiera aprobara una OPA lanzada sorpresivamente por Nugil S.A.S., de Jaime Gilinski y un grupo de inversionistas árabes, para adquirir hasta 62% de Grupo Nutresa.

En ese entonces, escribí en este mismo diario que el precio ofrecido en aquella primera OPA no parecía ser particularmente atractivo, pero que además, en la decisión de vender, los accionistas de Nutresa deberían considerar las consecuencias que aquella transacción traería para el sistema de propiedad cruzada y de valor compartido que por años habían promovido los grupos Sura, Nutresa y Argos.

Desde entonces, hemos sido testigos de excepción de uno de los episodios más intensos de puja por el control de grandes compañías en la historia reciente de Colombia. Entre otras cosas, vimos aparecer una seguidilla de nuevas OPA por Argos, Sura y la misma Nutresa, cada una con un precio de compra mayor que la anterior, y cada una acompañada de infortunados señalamientos mediáticos y acciones legales que cuestionaban las conductas de oferentes, directores y administradores. La semana que termina supimos que este episodio parece estar cerca de su desenlace, pues Nutresa anunció que viejos y nuevos accionistas del grupo habían llegado a un acuerdo de entendimiento que otorga Nugil y los Gilinski el control de (87% de) Nutresa, al tiempo que disuelve la participación cruzada de unos y otros en los tres grupos de compañías.

Como escribí al comienzo de este episodio, creo que este desenlace implica una cierta ruptura con la tradición de apertura y democratización que ha caracterizado a las compañías de los tres grupos, para ceder control de Nutresa a un grupo de inversionistas más concentrado y con gran influencia de personas clave.
Ahora bien, creo asimismo que la solución propuesta es finalmente una buena noticia para todos, considerando el estado actual de cosas y los sucesos de estos meses. Por un lado, está el factor precio y el rol fiduciario de los directores en la maximización del valor para los accionistas. La solución que se presenta implica un mayor valor por su participación para el grueso de los viejos accionistas de Nutresa de lo que originalmente se ofertó en aquella primera OPA. Y es que las compañías de Nutresa han sido cortejadas durante años por multinacionales del sector de alimentos, por lo que, ante la situación de las valoraciones accionarias en Colombia y el mundo en desarrollo, parecía inevitable que tarde o temprano llegara una oferta con el precio adecuado.

Por otro lado, con el acuerdo que está sobre la mesa, Grupo Nutresa tendrá un nuevo accionista controlante que podrá tomar decisiones que cambien la estrategia y el rumbo de sus marcas. Lo mismo sucederá con los grupos Argos y Sura que retendrán estos derechos de decisión para sus propias compañías. Esto ofrece claridad y transparencia sobre la responsabilidad de estas decisiones frente a sus grupos de interés, y esto también es positivo. Finalmente, este desenlace parece abrir una puerta para que cesen los pleitos legales y mediáticos que han distraído y desgastado a las personas que diariamente se ocupan de que estas compañías sigan liderando y generando valor para todos.

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