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Analistas 12/03/2025

Saber elegir

Andrés Guillén G.
Socio director Guillen & Guillen Abogados

“Un grupo humano se transforma en multitud manipulable cuando se vuelve sensible al carisma y no a la competencia, a la imagen y no a la idea, a la afirmación y no a la prueba, a la repetición y no la argumentación, a la sugestión y no al razonamiento”. Sabias palabras del filósofo francés del siglo XX, Jean François Revel, quien se empeñó en la denuncia de las trampas, de la manipulación de la información y las mentiras por parte de los intelectuales y de los dirigentes que manipulan las conciencias ¿Acaso no es la radiografía y tal vez una descripción exacta de lo que se está viviendo en el mundo y en nuestro país?

La respuesta inevitable es SÍ; hemos caído, por la inmediatez, por la velocidad de las redes sociales, por la facilidad de difundir mensajes sin real contenido ni razonamiento, en una sociedad gaseosa, líquida, sin trasfondo, donde priman las emociones, las sensaciones más allá de la razón, del pensamiento, del análisis. Nuestro destino queda en manos de sujetos que se dedican a politiquear, entendida esta palabra como hacer política de intrigas o bajezas, conforme a definición del Diccionario de la Lengua Española y que una vez elegidos nos convierten en sus lacayos, que utilizan los bienes públicos y su poder para satisfacer sus necesidades y llenar sus bolsillos! ¡No más!

Además, se afincan en ideologías más que en fines beneficiosos para la sociedad, con fórmulas no basadas en políticas ni en planes realizables, concretos o beneficiosos, sino en una ideología histérica, caótica, ininteligible.

En palabras del mismo Rebel “…el sueño de los nuevos pedagogos consiste en transformar la escuela en herramienta de destrucción de la sociedad, por la mentira y la ignorancia…”; frente a lo cual aplicándolo a nuestra realidad actual podría decirse que, en su gran mayoría, los políticos buscan mal guiarnos por medio de la mentira, la manipulación, la ignorancia llevándonos, en la práctica, a la destrucción de lo que con tanto trabajo y esfuerzo hemos logrado.

Y, no, no lo digo desde un sesgo ideológico, hablo por los resultados, por lo que estamos viviendo, por la forma como pretenden liderarnos.

Pero igual de grave a lo que está pasando es el hecho de qué, la gran mayoría, es decir quienes estamos alejados de la función pública, que somos los que más sufrimos las consecuencias, no sabemos exigir, elegir, no nos agrupamos ni consolidamos. Las quejas y el descontento se quedan en simple retórica, pues no se ve una actitud grande, generosa, efectiva de líderes que pretendan un cambio real. Se necesita, es cierto, un buen político con experiencia empresarial, con una hoja de vida impecable, con propuestas claras, concretas y realizables; si no es así, vamos a seguir siendo fichas del político de turno, entendidas estas como “cada una de las piezas…. Que se usan en algunos juegos...”. Definición tomada del Diccionario la Lengua Española.

No podemos caer en el pesimismo ni en la apatía que este conlleva, no solamente porque no sirve para nada sino porque todavía tenemos muchas cosas buenas, porque es el país que todos hemos construido mano a mano, con trabajo, con esfuerzo, con alegrías, con tristezas, por que es nuestra casa. Lo único cierto es que así no podemos seguir so pena de continuar viendo pasivamente la situación actual, las marionetas de unos pocos.

Remate. Se queda uno pasmado, por decir lo menos, con el actual Ministro del Interior ¿Acaso hay que decir algo más?

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