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Analistas 16/06/2015

Menor crecimiento potencial, ¿qué hacer?

Alberto J. Bernal-León
Jefe De Estrategia Global, XP Securities
La República Más
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La publicación del Artículo IV del FMI sobre la economía de Colombia pasó desapercibido entre la prensa económica. Ese hecho en realidad es hasta buena noticia, porque si la economía estuviera en riesgo de entrar en una dinámica de deterioro material adicional, muy seguramente los medios le habrían dado más divulgación a la visión del FMI sobre el futuro de Colombia.

En resumidas cuentas, el FMI piensa que Colombia es una economía sólida que ha logrado ajustarse a las malas noticias que se han visto en el entorno mundial, sobre todo en lo que tiene que ver con las materias primas, de forma satisfactoria. El fondo considera que la capacidad que ha tenido el país de ver un ajuste en su tipo de cambio sin generar presiones financieras o de inflación es una buena noticia, y el fondo no hace advertencias sobre la necesidad de tomar medidas de choque para contrarrestar los efectos negativos de la caída de los precios de las materias primas. Lo que si considera el fondo es que la disminución de los precios de las materias primas ha generado una caída permanente en el PIB potencial de Colombia, hasta 4,2%.

El PIB potencial es un concepto importante en la economía. Resumiendo, el PIB potencial es una estimación de la capacidad que tiene una economía de crecer sin generar efectos nocivos sobre la estabilidad de la inflación o sobre la estabilidad del sistema financiero. El PIB potencial de las economías emergentes de Asia tiende a estar alrededor de 6%, mientras que el promedio de Latam podría estar hoy alrededor de 3%. Esto quiere decir que una economía de Asia emergente dobla su PIB aproximadamente cada 12 años, mientras que una economía de Latam solo dobla su PIB cada 24 años. En el caso de Colombia el número hoy es cercano a 17 años, según el FMI. En mi opinión, es probable que por la debacle minero energética que se ha visto en el último año, el PIB potencial de Colombia haya bajado hasta quizás 3,8% (de 4,8%), lo que implicaría que el PIB actual solo se doblaría hasta dentro de 19 años.

Claramente, entre más rápido se doble el PIB, mejor noticia para los menos favorecidos. Lo relevante hoy en día es entender que el país tiene que ajustar sus estructuras institucionales para lograr sobrepasar los problemas de crecimiento actuales, y de esa forma lograr que el país nuevamente se acerque a los niveles de crecimiento económico que se vieron en años pasados, unos que alcanzaron a emocionarnos con la posibilidad de que Colombia hubiera entrado al grupo de países que crecen consistentemente por encima de 6% anual.

Las reformas necesarias son conocidas. Lo único que tiene que hacer la clase política es seguir las recomendaciones que nos han dado entidades tan robustas como la Oecd o el Banco Mundial. El sentido común es el secreto para incrementar la velocidad de crecimiento de una economía. Por ejemplo, es necesario focalizar el gasto público, lo que implica disminuir burocracia y bajar pensiones para poder invertir más en salud infantil, educación e infraestructura; también es necesario dejar de gobernar con la “envidia” y la lucha de clases, para lograr que los jóvenes comiencen a respetar a los industriales así como respetan a los deportistas, y de esa forma lograr que los jóvenes no solo sueñen con ser futbolistas, sino empresarios; y es necesario copiar de Singapur su sistema de impuestos corporativos para de esa forma contrarrestar esa fama que nos estamos ganando de ser un país que le cobra demasiados impuestos a los empleadores.

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