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INDUSTRIA

Yo no paro

miércoles, 25 de octubre de 2017

Antes del lustro, 70% de emprendimientos desaparece

Édgar Ibarra

Durante el último mes, por cuenta del paro del sindicato de pilotos de Avianca, los colombianos y viajeros alrededor del mundo - 350.000 personas aproximadamente - hemos experimentado frustración, rabia e impotencia.
Y es que no es para menos, cuando se pierde tiempo, dinero, reuniones de trabajo, vacaciones y eventos sociales, por la decisión irresponsable de una minoría, que en la búsqueda de mejorar sus condiciones, se ha llevado por delante el turismo y el comercio de regiones enteras.

Una decisión que también ha afectado gravemente la reputación de una de las empresas más emblemáticas de Latinoamérica, poniéndola en riesgo de quiebra, sin pensar que así pueden estar matando a la gallina de los huevos de oro.

Esa minoría que hoy perjudica a Avianca, a los viajeros ilusionados, a los empresarios, al turismo y al comercio nacional, es la representación perfecta de las adversidades que afectan diariamente a los emprendimientos en el país.

Esa minoría son todas aquellas dificultades que hacen más difícil la existencia de un negocio y que ponen permanentemente en jaque la estabilidad laboral y emocional de los emprendedores.

Algunos ejemplos de esas adversidades cotidianas son: Los clientes que establecen políticas de pago insostenibles para sus proveedores y hacen inviable el flujo de caja de una empresa; los clientes que hacen concursos para recibir propuestas y luego se quedan con la mejor idea - sin pagarla - y la implementan con la opción más barata; el sistema financiero que sigue cobrando el cuatro por $1.000, a pesar de que era un impuesto temporal que debía terminar en diciembre de 1999; la perversa reforma tributaria que aumentó el IVA a 19%, restándole un margen de 3% a cualquier negocio; la inagotable corrupción que malgasta el dinero de nuestros impuestos; el negativismo que permanece en todos los sectores de la economía, y por último, los empleados inconscientes que no corresponden al esfuerzo que realiza su empleador, para garantizarle una estabilidad mensual, que significa una vida digna para él y toda su familia.

No es un panorama fácil, realmente es una batalla reservada para guerreros, valientes guerreros llamados emprendedores.

Las cifras no mienten. Según un estudio realizado por Confecámaras en el 2016, alrededor de 70% de los nuevos emprendimientos no pueden hacerle frente a este tipo de dificultades mencionadas, y desaparecen antes de los primeros cinco años.

A ese 30% de emprendedores sobrevivientes los invito a no desfallecer.
Sigamos el ejemplo de los casi 22.000 empleados de Avianca que no han parado a pesar de las adversidades generadas por una minoría de 256 pilotos. Por el contrario, han duplicado y hasta triplicado sus jornadas de trabajo para mantener el servicio y responder a los justos reclamos de los usuarios perjudicados.

Que estas dificultades y adversidades cotidianas no nos quiten el aliento de seguir en la lucha; por el contrario, que saquen lo mejor de nosotros, que nos aterricen - siendo sarcásticos - y nos hagan emprendedores más fuertes, recursivos, más resilientes y asertivos en nuestras decisiones empresariales.
Que mientras tengamos vida, ánimo y salud, continuemos con la poderosa determinación de hacer realidad nuestros sueños, y los sueños de nuestros colaboradores.

Que nada nos pare. Que nadie nos detenga. Repitamos con voz firme: A pesar de las adversidades, yo no paro.

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