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La actividad física, además de ayudar a tener una vida más saludable, juega un papel importante en el ámbito profesional pues permite tener una productividad más alta
En el ámbito empresarial, cada vez cobra más relevancia la conexión entre la actividad física y el rendimiento laboral. Estudios han demostrado cómo el ejercicio regular puede tener un impacto positivo significativo en la productividad y bienestar de los empleados. Desde simples pausas activas hasta la práctica de deportes adaptados a las capacidades individuales, pueden ayudar a mejorar el rendimiento.
“La actividad física impacta positivamente en la productividad porque cuando se hacen procesos aeróbicos y anaeróbicos ocurren cambios fisiológicos como la oxigenación de las células del cuerpo, incluyendo las del cerebro, lo cual genera mayor energía, concentración y lucidez en la toma de decisiones”, dijo Jhon Jairo Velásquez Ramírez, jefe de deportes y actividad física de la Universidad Externado de Colombia.
Durante la práctica de estos ejercicios aeróbicos (actividad física que aumenta la frecuencia cardíaca y el consumo de oxígeno del cuerpo) y anaeróbicos (actividad física intensa y de corta duración en la que el cuerpo no puede suministrar suficiente oxígeno para satisfacer la demanda energética), se producen cambios en el cuerpo que son significativos, entre ellos la oxigenación en el cerebro lo cual permite que se tenga mayor energía y claridad mental en el trabajo. Estos efectos son fundamentales para mantener un alto nivel de desempeño en el entorno laboral, mientras se piensa en el bienestar del colaborador.
Este tipo de actividades también desempeña un papel importante en la reducción del estrés y la ansiedad, lo cual permite a cada persona estar mas tranquila y tener una jornada laboral sin complicaciones basadas en la eficiencia y la toma de decisiones laborales.
A pesar de las grandes cantidades de ejercicios, deporte o actividades que puede realizar cada individuo, es esencial individualizar las rutinas según la capacidad y necesidades que tenga cada empleado. Para Velásquez, primero se debe individualizar a la persona, es necesario realizar una anamnesis para detectar factores de riesgo y a partir de ello iniciar con la prescripción del ejercicio que incluya entrenamientos de fuerza, resistencia y flexibilidad.
Las empresas que han reconocido la importancia de la salud de sus empleados, han venido implementando estrategias para fomentar el bienestar físico y mental. “La primera estrategia es que las organizaciones se convenzan que una persona saludable tiene mayor enfoque, concentración, energía y motivación, por ello debe propender por generar espacios de bienestar para sus colaboradores a través de diferentes estrategias”, argumentó Velásquez.
Estudios han demostrado que la actividad física de manera constante puede ayudar a mejorar la memoria, la atención y la creatividad en el trabajo. Por ejemplo, caminar, trotar o correr al empezar el día preferiblemente, estimula áreas del cerebro y hace que se tenga una mayor capacidad para resolver problemas y generar ideas innovadoras en el entorno laboral.
Sin embargo, Velásquez dice que además de las rutinas de ejercicio, debe estar acompañado de una buena nutrición y que en las empresas se haga énfasis en el consumo consciente de alimentos saludables ricos en carbohidratos, proteínas y micronutrientes como vitaminas, minerales y grasas saludables.
Además de aspectos durante el día, la actividad física también influye a mejorar la calidad del sueño, lo cual es fundamental para tener una buena recuperación y el mantenimiento de un alto nivel de rendimiento durante todo el día. Lo ideal para las personas es dormir entre seis y ocho horas mínimo para estar descansado, sin embargo, esto puede variar dependiendo la edad, los hábitos y la genética. Un descanso adecuado se refleja en una mayor motivación y disposición en el trabajo a lo largo de todo el día.
La implementación de programas de bienestar en el espacio de trabajo, que incluyen actividades físicas, asesoramiento nutricional puede reducir el ausentismo y mejorar el ambiente laboral. Por ello, es importante que cada empresa fomente una cultura organizacional que valore la salud y el bienestar de los empleados, ya que así no solamente beneficia a los trabajadores, también se traduce a una mayor eficiencia y competitividad de la empresa, potenciando así su éxito organizacional a corto plazo.
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