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Ser el favorito del jefe puede ser un arma de doble filo

martes, 15 de enero de 2013
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En un grupo de trabajo siempre hay favoritos. Una verdad universal que acompaña al ser humano desde su más tierna infancia: ser el más valorado por el profesor en el colegio, el mejor amigo del grupo... Así hasta llegar a las empresas donde, en algunos casos, la selección natural que describía Darwin entra por la puerta de la oficina arrollando al grito de: “yo quiero ser el favorito del jefe”.

Se puede creer que cualquiera querría ser más valorado por su superior, pero ser el elegido es un arma de doble filo que jefes y empleados deben saber manejar.

“Ser el favorito tiene dos significados. El primero, el de persona de confianza con un punto crítico. El segundo, ser aquel con el que el jefe siempre puede contar. El peligro de esta última acepción es que, en muchas ocasiones, se tiende a abusar de ese empleado y en lugar de premiarle, se le castiga con una carga excesiva de trabajo”, explica Begoña Puente, profesora de Dirección y Organización de Personas en Esade.

“Los jefes prefieren colaboradores que aporten soluciones y no problemas, con cierta autosuficiencia -que no es lo mismo que independencia-, con iniciativa, proactividad y sobre todo, que ofrezcan resultados”, señaló Diego Vicente, profesor de Comportamiento Organizacional de IE Business School. Begoña Puente añade más aptitudes que seducen a los superiores: “Los valores humanos de esa persona tienen que ser acordes con los del jefe porque eso aporta confianza, respeto y credibilidad”. En cuanto a lo que detestan, ambos expertos coinciden: “La dependencia y la falta de iniciativa”.

6 directivos consultados por expansión coincidieron en que la honestidad es indispensable.

Paloma Beamonte, Presidenta de Xerox
La directiva de Xerox para España no cree en el término ‘favoritos’, pero reconoce que: “la compañía en la que labora es una empresa de cantera que apuesta por empleados que sepan trabajar en equipo, con productividad, creatividad, entusiasmo, flexibilidad, respeto y que tengan una comunicación constante y fluida con sus equipos y jefes dando a conocer sus opiniones”.

Juan Chanchilla, Director de Lenovo
El director general de Lenovo Iberia manifestó que: “valoro la flexibilidad y adaptación al cambio, el trabajo en equipo y compromiso con un proyecto común, y que las personas gestionen su actividad de forma autónoma y asuman la responsabilidad a lo largo de todo el proceso. Lo que detesto es la falta de honestidad y responsabilidad, o cualquier actitud contraria a los valores de la compañía”.

Rodrigo Ferro, AZUL Innovación
El gerente de Planeación de la consultora Azul Innovación manifestó que: “aunque la empatía es deseable en cualquier grupo de trabajo, para nosotros lo mejor de un buen equipo es su divergencia. Es decir, las diferencias son deseables porque fortalecen los puntos de vista diferentes a los del jefe y deberían producir, con mecanismos creativos adecuados, resultados más enriquecedores para la empresa”.

Oswald loewy, ceo de sempertex
“Un buen jefe no debe tener ‘empleados o subalternos favoritos’. Las preferencias generan fracturas organizacionales. Cuando hay preferencias es porque existen debilidades o deficiencias en el jefe y este vacío lo suplen los tales ‘empleados favoritos’. Un equipo bien balanceado es aquel en el que cada miembro del equipo encuentra el espacio y la oportunidad para desplegar todo su potencial y talento”.

Adriana Pulido, Schneider Electric
Para la gerente de Recursos Humanos de Schneider Electric en Colombia, “los jefes no se apoyan en favoritos sino en colaboradores talentosos. Se definen por criterios de desempeño excelentes, actitudes sobresalientes por encima del promedio de personas en igualdad de condiciones similares, por su actitud, iniciativa, proactividad y colaboración. A los trabajadores talentosos hay que desarrollarlos”.

Dino nassi, aeropost
“De pronto no se habla de favorito, pero por lo general si hay un funcionario que por sus destrezas, cualidades, tanto personales como profesionales; así como por su trato, sobresale y se convierte en mano derecha en la gestión de cualquier gerente. Además debe ser afín al jefe y confiable para poder delegarle más responsabilidades”, señaló el Vicepresidente de Aeropost para Colombia y América Latina.

Ciertos errores que no se deben cometer
Un error frecuente de los directivos es buscar personas que se parezcan a ellos. “Un grupo tiene que ser heterogéneo, aunque es innegable reconocer que la empatía es un factor de decisión”, dice Begoña Puente. “No hay que tener miedo a llevar la contraria al jefe y aportarle esa visión crítica que quizá no ha contemplado. Eso sí, siempre debe hacerse con buenos argumentos y, preferiblemente, en privado”, apuntó Diego Vicente de IE Business. “La idea de que contradecir al jefe impide una proyección profesional, en la mayoría de ocasiones, es un mito”, resaltó. “Si el jefe detecta que hay un miembro que tiene que asumir el mando, debe darle autoridad e informar al resto de su decisión, pero nunca hacer creer que todos deberían ser como él”, puntualizó.

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