¿Deberían los gerentes ser integrantes de las Juntas directivas?

Se ha oído decir a los gerentes “hago lo que mi Junta directiva me dice” o a los miembros de estos organismos corporativos señalar que “se le pidió la renuncia al gerente porque no hacía lo que nosotros le decíamos”.

Una junta directiva, según algunos conceptos, es un órgano encargado de dirigir y trazar la política corporativa alrededor de los intereses de la compañía y de sus grupos objetivo para asegurar el patrimonio, el crecimiento y la sostenibilidad de la firma.

En Colombia, la tendencia empresarial en este aspecto es que las juntas directivas se conformen con miembros accionistas y/o terceros independientes, conocidos o conocedores del mercado o de la firma. Pero no es nada común que los gerentes o los representantes legales hagan parte de éstas.

Según la Superintendencia de Sociedades, salvo que haya una prohibición pactada estatutariamente, no existe limitación en la legislación mercantil, para ejercer de manera simultánea los cargos de gerente y miembro de junta en una misma sociedad, bien sea principal o como suplente.

Pero ¿es conveniente o no que los gerentes hagan parte de estos órganos? LR indagó sobre el tema a un consultor y a un académico.

El gerente de Azul Innovación, Alexánder Hernández, señala que eso depende del nivel de madurez del mercado y de la empresa. “En Europa y en Estados Unidos sí se da esa práctica e incluso llegan a ser presidentes de la junta”, señala.

Pero Hernández no ve con buenos ojos que eso se aplique en Colombia por una razón que él considera básica: porque allí podría haber conflicto de intereses.

“Si bien es cierto que los representantes legales aceptan como su jefe natural la junta directiva, no tiene sentido que el gerente sea parte de ella. Podría haber conflicto de intereses al ser juez y parte y podría entorpecer algunos aspectos en el tema de gobernabilidad. Sencillamente el gerente podría hacer lo que quiere, dijo”. Sin embargo el profesor-investigador en temas de gestión humana de la Universidad de Manizales, Gregorio Calderón, tiene otra visión y no ve mal esta doble función del representante legal, en el sentido de poder participar en los debates. “Puede condicionarse y, por ejemplo, darle voz sin voto para evitar intereses particulares”, señala.

Así, Calderón indica que el gerente bien puede participar de los debates y discusiones y sus puntos de vista ser tenidos en cuenta por la Junta directiva. “Porque entonces se vuelve en una especie de operario y en un simple ejecutor de lo que la junta decida, cuando son seres pensantes”, agregó el académico.