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Así lo reveló la séptima versión para Colombia de la Encuesta Global de CEO que elabora PricewaterhouseCoopers (PwC), que ubicó a los directivos locales como los segundos más optimistas de la región tras los brasileños (57%) y a una gran diferencia de los globales, donde solo 38% cree que sus negocios irán mejor en el corto plazo. No obstante, para los próximos tres años, los gerentes locales ceden un poco frente al pasado sobre el optimismo empresarial (95% en 2017 frente a 97% en 2016).
Igualmente, esta investigación, en la que participaron un grupo selecto de 63 presidentes colombianos, mostró que la incertidumbre económica, la carga tributaria, la inestabilidad social y la corrupción son las principales amenazas para los empresarios en este 2017.
Y es que a pesar del optimismo sobre el crecimiento de los negocios, 89% de los CEO del país está preocupado por la incertidumbre económica que se ha disparado en los últimos meses. Según explicó a LR el presidente de Pwc Colombia, Gustavo Dreispiel, la sorpresiva victoria del magnate Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, el Brexit del Reino Unido, la crisis que azota al vecino Venezuela o la implementación del proceso de paz son factores que afectan al mundo de los negocios.
De hecho, la encuesta reveló que 59% de los CEO colombianos considera al proteccionismo como un riesgo para el crecimiento de su empresa.
Además, si bien con la reforma tributaria se eliminó el Cree, a 87% de los directivos colombianos le sigue preocupando el tema de los impuestos y su impacto en la inversión del país. Eso reflejaron algunos empresarios, quienes opinaron que el nuevo esquema tributario termina gravando más las utilidades de las personas jurídicas e inversionistas al considerar el impuesto a los dividendos.
“Con la aprobación del texto por parte del Gobierno en diciembre de 2016, se trató de aliviar la carga tributaria. Antes, las personas jurídicas tenían que asumir el pago del Cree, su sobretasa y el impuesto de la renta. Ahora, aunque desaparece el Cree y la tarifa del impuesto de la renta queda establecida en un régimen de transición de 34% en 2017 que bajará a 33% en 2018%, el impuesto sigue siendo mayor que en otros países”, explicó Gustavo Cote, exdirector de la Dian.
Otras de las grandes amenazas actuales para los empresarios locales es la corrupción y el soborno, pues mientras a nivel global representa una preocupación de 57%, en el terreno local alcanza hasta 87%.
De acuerdo con Federico Hoyos, analista político, existe una relación entre la competitividad y los sobornos de las compañías. “El gobierno es la compañía más grande del país. Mientras no haya controles internos y ética se da un mal ejemplo al sector privado. Hay que cortar de raíz con las prácticas ilegales y siempre debe existir una responsabilidad política”, opinó.
En cuanto a la infraestructura, los CEO colombianos continúan mostrándose muy preocupados debido a los elevados sobrecostos de transporte que de ahí se derivan y que, según alegan, restan competitividad a las organizaciones y limitan su capacidad para incursionar en los mercados internacionales.
Ocho de cada 10 gerentes locales también percibe como un obstáculo para el desarrollo de su negocio el exceso de regulación y, aunque disminuyó 14 puntos porcentuales, la volatilidad en la tasas de cambio sigue siendo un factor clave.
Asimismo, el informe de la firma de consultoría reveló la preocupación por la disponibilidad de recurso humano con fortalezas clave, la velocidad del cambio que se está dando en la tecnología y los cambios en el comportamiento de los consumidores.
En líneas generales, para este año la investigación resaltó que los empresarios colombianos deberán estar muy pendientes de los efectos de la reforma tributaria, la implementación del proceso de paz, un creciente marco regulatorio y la consolidación de los proyectos de infraestructura 4G.
Las opiniones
Gustavo Cote
Exdirector de la Dian
“Si bien se redujo la tarifa del impuesto de la renta en las personas jurídicas, en Perú y México siguen pagando menos”.
Federico Hoyos
Analista político
“No se debe normalizar la corrupción. El Gobierno debe cortar de raíz las prácticas ilícitas y debe existir una responsabilidad política”.