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En la madrugada del primero de marzo de 1954, un nuevo periódico comenzó a venderse en las calles de Bogotá.
El diario La República acababa de nacer en una época de fuertes tempestades políticas. El general Gustavo Rojas Pinilla había asumido el poder un año antes mediante un golpe militar, la violencia partidista se mantenía en muchas regiones y el Partido Conservador vivía una profunda crisis interna a raíz de las disputas entre los seguidores de Laureano Gómez y de Mariano Ospina Pérez, los dos máximos líderes de esa colectividad.
Esta última circunstancia era el principal motivo para la aparición del nuevo diario. Cuenta Jorge Emilio Sierra en Don Julio C. Hernández, el gran artífice de La República, que Ospina Pérez andaba en busca de una tribuna para exponer su pensamiento, defender su mandato presidencial (1946 - 1950) y replicar a su rival, quien hablaba a través de El Siglo, el cual había fundado en 1936.
Inicialmente, antes de ser presidente, Mariano Ospina Pérez les había propuesto a Julio C. Hernández (de quien era cuñado por estar casado con Bertha Hernández) y a Fernando Gómez Martínez, que trasladaran El Colombiano a Bogotá. La negativa de los dos socios fue tajante, pero dejaron abierta la posibilidad de crear un nuevo periódico en la capital.
Ospina Pérez retomó esa idea años después, cuando terminó su mandato y entró en franca oposición a Laureano Gómez, su sucesor en la Presidencia. El jefe conservador les pidió -por separado- a Jorge Osorio Gil, un exalumno suyo de la Javeriana, y a Julio C.Hernández que le ayudaran a crear un periódico.
Hernández viajó de inmediato a Manizales, Cali, Bucaramanga, Tunja y otras ciudades para hablar con posibles inversionistas. También rendía los informes financieros en los banquetes donde Ospina Pérez exponía el proyecto ante notables jefes conservadores. La notoria capacidad de liderazgo de Julio C. Hernández, su experiencia en el negocio de los periódicos y la solvencia con la que hablaba de los equipos de impresión y del mercado de estos en Estados Unidos -el cual conocía al detalle- convencieron a empresarios conservadores, entre los cuales reunió un capital inicial de $230.000.
De esa forma, Julio C. Hernández entró a formar parte de los socios fundadores de Editorial El Globo, la empresa que iba a editar La República, y luego asumió como gerente de ese periódico. Pero seguía siendo, también, gerente de El Colombiano, por lo cual los viajes entre Medellín y Bogotá se incrementaron en forma notable, al igual que las jornadas de trabajo.
Durante los dos años que ejerció como gerente, Julio C. Hernández consiguió la maquinaria y los operarios para ponerla a funcionar, imprimió su sello humano y amable en el trato con los empleados -veinte de los cuales importó de Medellín- y posicionó a La República como “El diario de los hombres de trabajo”.
En los años 70, Rodrigo Ospina Hernández, gerente y director, especializó el periódico -con asesoría de Jorge Hernández- en información económica. A fines de los 80, La República se caracterizó como Diario Empresarial y Financiero y, en 2000, fue sometido a un profundo rediseño de forma y contenido. El editor general de El Colombiano, Fernando Quijano, pasó a la Dirección de La República.
Como resultado, este diario económico fortaleció la sección empresarial, creó páginas especializadas para las Pyme y Nueva Economía. Así mismo, organiza foros empresariales y académicos y abrió nuevos servicios en su sitio web.
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