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RESPONSABILIDAD SOCIAL

Pacific apoya al llano con su proyecto: Granjas integrales para autoconsumo

miércoles, 23 de julio de 2014
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Lina María Ruiz J.

Alrededor del campo Rubiales existen grandes extensiones de tierra con vocación ganadera. Así ha sido por mucho tiempo, y para muchos de sus pobladores ha sido la manera de  sobrevivir. Sin embargo. Sin embargo, animados por el programa de Proyectos Productivos que desarrolla Pacific Rubiales en las comunidades de su zona de influencia, algunos campesinos le están apostando a la incorporación de nuevos cultivos y de buenas prácticas agropecuarias para que sus fincas sean más sostenibles y que no dependan solo de la explotación ganadera. Esto también les permite mejorar la dieta tradicional de plátano, yuca y carne, y adquirir un nivel suficiente de seguridad alimentaria para ellos y sus familias.

Granjas integrales orgánicas
Con el modelo se busca que los pequeños finqueros desarrollen granjas integrales orgánicas, respetando sus gustos e intereses, a partir de cambios progresivos en sus faenas cotidianas. Quienes participan en el programa, que es de carácter voluntario, son aquellos que están dispuestos a adoptar el cambio que implica incorporar nuevos elementos a su quehacer tradicional para construir algo que desean y que los puede beneficiar. Los proyectos inician con el desarrollo de huertas orgánicas para que cultiven productos vegetales de difícil acceso en la región como cebolla, tomate, cilantro, pepino o pimentón. En una segunda etapa, los participantes desarrollan pequeños corrales para gallinas ponedoras, actividad conocida como “gallinas en pastoreo”, para que incorporen el huevo en su dieta del diario.

Adicionalmente, y para mantener los usos tradicionales, los participantes realizan acondicionamiento mecánico de la tierra para los cultivos de pan coger: maíz, plátano y yuca. Algunos solo adoptan el programa para desarrollar el cultivo de árboles frutales, incluyendo cítricos como naranja, limón y arazá, y las conocidas especies de guanábana y aguacate.  Así, poco a poco, van creando un nivel adecuado de autosostenimiento y de seguridad alimentaria. El objetivo es que todo lo que salga de la finca se utilice, bien sea como materia orgánica para abono, o bien sea como alimento para el consumo propio y para el trueque de excedentes con los vecinos. 

Para la región, el programa de proyectos productivos comenzó hace varios años con algunas familias que desarrollaron una iniciativa para el cultivo de plantas medicinales y aromáticas. Cuando el proyecto culminó se les propuso que, en vista de que cuentan con tierras, adelantaran iniciativas para favorecer el autoconsumo. Pacific aporta la asistencia técnica, a través de un proveedor, y suministra las semillas e insumos. Los beneficiarios aportan la mano de obra. Semanalmente, los participantes reciben una visita técnica de profesionales como veterinarios, zootecnistas y agrónomos, donde reciben capacitación, recomendaciones y tareas asignadas, pues depende de cada quien sacar adelante su proyecto y mantener un alto sentido de apropiación.

Lina Amaya, habitante de la finca La Florida, un terreno de tres parcelas separadas por la carretera, la experiencia ha sido aleccionadora. Su cebolla es la envidia de los vecinos, al punto de que varias veces le han robado la cebolla por las noches. Ella confiesa que “al comienzo no me gustaba el proyecto, porque me tocaba a mi estar pendiente de todo. Pero finalmente me animé y ahora estoy muy contenta con los resultados, tanto que ahora hasta mi marido ayuda. El proyecto nos ha mejorado la vida, porque ahora tenemos productos que no consumíamos y que son buenos, como la cebolla. Con los cultivos y con las gallinas estamos saliendo adelante”.

De esta forma, y sin desechar las prácticas tradicionales, los campesinos de Puerto Gaitán comienzan a palpar la posibilidad de que su tierra sirve para sembrar y cosechar nuevos productos. Y aunque todavía hay gente reacia que piensa que los suelos son muy ácidos y pobres, el trabajo de visionarios como Evaristo y Lina está mostrando nuevas alternativas para el uso eficiente de la tierra. Actualmente, 15 familias han adoptado el modelo de granja integral orgánica, y 23 decidieron acoger solo el cultivo de frutales. Quienes optaron por la granja recibieron 20 gallinas ponedoras y también talleres puntuales de capacitación sobre el cultivo de yuca, plátano y maíz. Así, los resultados de sus esfuerzos, pueden disfrutarlos diariamente en sus propias mesas y con sus seres más queridos.

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