A finales de 2010, como parte del Protocolo de Nagoya en Japón, el gobierno de Juan Manuel Santos se comprometió a tener 17% de las áreas terrestres y 10% de las áreas marinas del país bajo el esquema de zonas protegidas. Esto significa que bajo la declaración de parques nacionales o reservas naturales, estos espacios quedarían sitiados para así garantizar su conservación.
Como parte de este objetivo gubernamental, una parte de los mares y costas, los bosques secos y la sabana de la Orinoquía tienen desde hace tres años un aliado estratégico de peso que trabaja para que no desaparezcan. Se trata de una dupla integrada por la Oficina de Asuntos Internacionales del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia, que dio vida a una alianza público-privada para ingresar 12 rincones naturales del país al Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
En este convenio hay desde fundaciones hasta recursos económicos de gobiernos internacionales, pero no existe todavía ningún aporte de la empresa privada.
Bajo el nombre “Naturalmente Colombia”, esta iniciativa requiere de una inversión de US$300 millones, de los cuales ya están asegurados US$100 millones, por el lado estatal.
“Parte de la nueva fase de este proyecto que comenzó hace casi tres años y al que se le dio una nueva dimensión hace año y medio cuando asumí el cargo es encontrar nuevas alternativas de financiamiento y, una de ellas, es indudablemente la inversión privada”, dijo Alejandra Torres, jefa de la Oficina de Asuntos Internacionales del Minambiente.
Y es que además de los organismos del Estado, el grupo que está detrás de este plan de conservación lo integran también Fundación Natura, The Nature Conservancy y World Wildlife Fund.
Para el subdirector de Desarrollo Local e Institucional de la Fundación Natura, Roberto Gómez Charry, la participación en este tipo de estrategias es de vital importancia pues, en este caso, se está conservando una importante parte del territorio nacional que provee bienes y servicios fundamentales para el desarrollo integral del país.
“La Fundación Natura será un vehículo para permitir la ejecución de algunas actividades de conservación del programa Naturalmente Colombia, en las regiones donde tiene presencia institucional y trabajos previos que pueden ser apoyados. En este sentido, las organizaciones de la sociedad civil apoyan la conservación de las áreas naturales, pues de acuerdo con nuestra Constitución Política, la responsabilidad no es exclusivamente del gobierno colombiano”, dijo Gómez Charry.
Por el lado internacional, Sandra Bessudo, directora de la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional, precisó que organizaciones no gubernamentales del mundo, como la Fundación de la Familia Walton y la Fundación Moore de Estados Unidos, también están colaborando.
“El más reciente anuncio que se hizo en esta materia fue la donación del gobierno alemán, que entregará 35 millones de euros (más de US$45 millones) a nuestra iniciativa. Este apoyo está dedicado a los nuevos planteamientos, inversiones y proyectos locales y al establecimiento de un sistema de monitoreo”, explicó Bessudo.
Mientras el sector privado aún no se manifiesta como aliado inversionista en la alianza Naturalmente Colombia, la vocera explicó que hay chance de que otros países, interesados en las áreas protegidas y la conservación de la biodiversidad, se involucren en este plan. Algunos podrían ser: Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Mónaco, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, entre otros.
¿Por qué es importante?
La importancia de conservar las tres zonas señaladas al comienzo de este artículo radica en que estas regiones tienen un alto porcentaje de pérdida continua de hectáreas. Por ejemplo, de la extensión original de los bosques secos, que albergan una biodiversidad única, evitan la erosión de los suelos y ayudan a la producción de agua, solo queda un 10%, es decir, menos de 300.000 hectáreas, la mayoría ubicadas en la Región Caribe.
Lo mismo sucede con la cuenca del Orinoco, que cubre 30% del territorio nacional y son vitales como reservatorios de agua y hábitat de aves, mamíferos y peces, muchas de ellas endémicas.
Para que Colombia siga siendo uno de los cinco países del mundo con mayor biodiversidad, esta alianza, compuesta por 12 instituciones hasta ahora, tiene por objetivo proteger más de 2 millones de hectáreas del territorio.
“La intención de Naturalmente Colombia es declarar áreas protegidas tanto locales como regionales. El propósito es encontrar recursos económicos para definir un plan de manejo de estas zonas que puede ser de restauración o conservación. Pero esto no se da tan rápido como se cree, pues debe cumplirse un proceso que incluye hasta consulta con las comunidades que están alrededor de la zona a proteger”, explicó Torres.
Aunque aún no hay declaraciones de zonas puntuales, la lista tentativa está integrada por: Corales de Profundidad (Mar Caribe, frente a Sucre, Córdoba y Bolívar), Playón y Playona de Acandí (Chocó), Bahía Portete (Guajira), Selvas de Lipa (Arauca), Alto Manacacías (Meta), Bosques de Cumaribo (Vichada), Caimanera (Sucre), Serranía de San Lucas (Sur de Bolívar), Humedales del Casanare (Casanare), Serranía de Perijá (Cesar), Cabo Manglares (Nariño) y Bosques Secos del Patía (Cauca).
“Este es un primer paso, pues estas son 12 zonas que fueron priorizadas por el Gobierno porque tienen o muy baja representatividad o les queda muy poco del ecosistema, como el caso del bosque seco”, concluyó Bessudo.
Objetivos puntuales de la iniciativa
Según explicó la Oficina de Asuntos Internacionales del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, son cinco los objetivos específicos que se quieren alcanzar con Naturalmente Colombia. El primero es la creación de 1 millón de hectáreas adicionales en las áreas protegidas de la Orinoquía; el segundo, la declaración de otro millón de hectáreas en la zona marino-costera; el tercero, la definición de 280.000 hectáreas protegidas en bosques secos; el cuarto, mejorar la efectividad de las áreas protegidas existentes o el grado de conservación; y el quinto, la generación en estos lugares de “corredores” o “mosaicos de conservación”.
Las opiniones
Alejandra Ttorres
Jefa de Asuntos Internacionales en Minambiente
“Esta iniciativa surgió hace casi tres años y la idea es mejorar la efectividad de las áreas protegidas. Tenemos recursos, pero nos hace falta mucho más”.
Sandra Bessudo
Dir. Agencia Presidencial de Coop. Internacional
“Las 12 zonas son áreas priorizadas porque tienen una baja representatividad o les queda poco del ecosistema y hay que protegerlo”.
