Cada día se sabe más de la importante labor que las empresas están realizando en el sector de la responsabilidad social, al punto que un 78,8% de las fundaciones empresariales en Colombia reciben financiación por parte de estas organizaciones.
Sin embargo, la carencia de fuentes de recursos aún es evidente cuando se habla de proyectos de pequeñas y medianas envergaduras.
Por ello, la autosostenibilidad es uno los principales retos que deben asumir los proyectos para garantizar su permanencia.
Actualmente, se debe pensar en generar estrategias que, con el tiempo produzcan los recursos suficientes para financiar las propias actividades.
De acuerdo con Camilo Galvis, director de la Americas Business Council Foundation (ABC), los emprendedores en responsabilidad social deben mirar 'las inversiones en proyectos sociales con la misma rigurosidad que se manejan inversiones con ánimo de lucro', buscando 'iniciativas autosostenibles que generan utilidades y que adicionalmente sean escalables'.
Asimismo, Galvis plantea que la carencia de apoyo está ligada a la percepción que tienen los donantes sobre del impacto de los proyectos en la sociedad.
'El consumidor es muy incrédulo frente a lo que las empresas están tratando de mostrar como RS y lo ven como un una actividad con interés empresarial detrás' aseguró Catalina Mejía, presidenta de Yanhaas.
De acuerdo con un estudio realizado por la empresa en mención, el 49% de los encuestados considera que los proyectos de RS trabajan para apoyar a los más necesitados, mientras que el 37% considera que son donaciones realizadas por empresas o personas naturales.
A su vez, se estima que el 55% y el 54% de las personas considera que, a través de la participación de las compañías, los proyectos de responsabilidad social toman medidas para cuidar el medio ambiente, y generan conciencia frente al consumo en exceso, respectivamente.
Por otro lado, en Colombia se estima que, de 121 fundaciones empresariales que se han identificado en el panorama de responsabilidad social, el 42,2% de las entidades han sido creadas por empresas, mientras que un 23,3% corresponde a familias de origen empresarial, exaltando la responsabilidad que tienen las organizaciones en el tema de sostenibilidad.
De acuerdo con Ricardo Sarmiento, gerente Técnico y de Desarrollo de E&P de Ecopetrol, las actividades de responsabilidad social 'ya no es más una ventaja competitiva para las empresas'. Por el contrario, el empresario plantea que la RS concierne a todos los ciudadanos y 'debe ser un compromiso con la comunidad'.
Es por ello que, tanto las empresas, como los ciudadanos y los consumidores mismos, deben ser conscientes de la repercusión que sus apoyos representan para el desarrollo y sustento de las actividades que buscan generar impacto social.
Incentivos
De acuerdo con Galvis, uno de las razones que habla de la indiferencia de las personas ante el impacto de su apoyo, tiene que ver con el tema de los incentivos que reciben por las donaciones que realizan.
'Son modelos relativamente escuetos en donde lo que se le ofrece a las personas que hacen inversiones o que hacen donaciones para este tipo de iniciativas, es concederle la oportunidad de poder deducir de sus ingresos anuales el monto que hayan donado o que hayan destinado para causas ambientales o sociales, y sobre esa cantidad no pagar impuestos', explicó el director de ABC.
Agregó que, 'cuando se habla de inversiones, se busca exaltar el impacto social y los proyectos con retorno; es que las personas, más allá de mirar la filantropía como caridad, conciban la idea de un proceso analítico en dónde sus apoyos y recursos económicos puedan tener un mayor impacto y un mayor efecto hacia futuro', agregó Galvis, desde la experiencia que ABC ha tenido en el proceso de concientizar a los inversionistas sobre la importancia de definir los escenarios en los cuales se realizan las donaciones. Teniendo ello en mente, es posible que el paso a seguir corresponda a los coordinadores de proyectos, quienes tendrán el reto de definir nuevas estrategias a través de las cuales puedan tener la atención de los ciudadanos, comunidades y empresarios, buscando así conseguir el apoyo o las estrategias adecuadas que les permitan obtener los retornos suficientes para la ejecución de sus actividades.
Como recomendaciones para que los proyectos de responsabilidad social puedan conseguir el apoyo de los colombianos, Catalina Mejía dio a conocer tres aspectos que se deben tener en cuenta para la construcción de la confianza: 'los proyectos no deben pedir algo a cambio a la comunidad; deben ser continuos en el tiempo y mantener un compromiso con la sociedad; y, por último, el consumidor debe tener evidencias de que la campaña sí se ejecutó'.
Principales líneas de trabajo para la RSE
El tema de la pobreza es una constante que preocupa al gobierno, ONG y demás organizaciones que realizan actividades de impacto social.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cerca del 15% de la población mundial no cuenta con los elementos diarios que se necesitan para estar por encima de los requerimientos nutricionales diarios.
En colombia, además de los trabajos que se hacen para reducir la pobreza y mejorar la nutrición, la principal línea de trabajo en la cual vienen desarrollando actividades las fundaciones empresariales es la educación, de acuerdo con lo identificado por un estudio realizado por la Fundación DIS y Promigas.
Se estima que el 80% de las fundaciones apoyan los procesos de educación, seguido por un 64,40% de organizaciones que están trabajando en el sector del desarrollo comunitario.
Por otro lado, los sectores de la nutrición y la seguridad alimentaria son atendidas por el 34,4% de las fundaciones; un 32,20% trabaja para el impacto del sector de la salud, y un 16.70% trabaja para la discapacidad y adultos mayores.
Las opiniones
Catalina Mejía
Presidenta de Yanhaas
'Como característica de personalidad, los colombianos son desconfiados y eso podría tener algo que ver con la historia de corrupción y violencia del país'.
Camilo Galvis
Director de Americas Business Council
'Se busca que las personas conciban un proceso analitico de entender dónde sus apoyos y recursos económicos pueden tener un mayor impacto social y efecto hacia futuro'.
