Una tributaria estructural, a cuenta gotas

Así sea de dos o tres artículos, habrá una nueva reforma tributaria diseñada este año e implementada en 2015. Ya sabemos a ciencia cierta que por lo menos hay dos fuentes seguras de recaudo fijo y millonario, uno el 4 x 1.000 que se irá a término indefinido, y dos, la ampliación del impuesto al patrimonio. Pero más allá de esos dos aspectos puntuales que ya se vienen pagando, siempre se le aconseja en tiempos de preparación y se le critica en los días pos reforma, que los proyectos de ley no tengan alcances estructurales y que el sistema tributario colombiano siga siendo una colcha de retazos armada por los congresistas, lobistas y demás mecanismos de presión para seguir eludiendo impuestos.

Varios artículos más tendrán que ver con los ajustes necesarios a la última reforma tributaria que no han funcionado tan bien. Desde el comienzo, el Gobierno Nacional ha salido en defensa del desmonte de los parafiscales y la puesta en marcha del llamado impuesto sobre la renta para la equidad o Cree, un tributo que ha recibido duras críticas porque no ha llenado las expectativas como reemplazo de algunos parafiscales. Aún persisten las fallas en el recaudo que se comenzó a efectuar desde mayo con la aplicación de la retención en la fuente. Se espera un cambio de cultura de las empresas y de la propia Dian que es la encargada de efectuar el cobro.

El cambio y la modernización fueron radicales pues la puesta en marcha del Cree se tradujo en ahorro de 5% del costo de sus nóminas con el desmonte de los parafiscales desde el primero de enero pasado, más una reducción de 8,% de los aportes de la salud. Son cambios que se venían pidiendo y los cuales se nombraban como estructurales. Recordemos que la última reforma trabajaba más en combatir la evasión y la elusión que en aumentar la base tributaria. Ahora bien, esta segunda reforma que se avecina deberá profundizar los cambios en la manera y los montos de recaudo para asegurar mayores ingresos. Una de las recomendaciones más valiosas que han hecho los organismo multilaterales a la hora de hablar de nuevas reformas tributarias estructurales es compartir la información de otras entidades para asegurar el pago.

No se necesita que se amplíe la base tributaria ni que la Dian se ensañe con la emergente clase media colombiana, el objetivo principal debe ser bajar la evasión, particularmente del IVA que se le cobra a los consumidores y no se traslada a las arcas nacionales, y que se diseñen nuevos beneficios tributarios para quienes sí pagan con disciplina los impuestos. Es cuestión de que el Ministerio de Hacienda diseñe un mejor proyecto y que esté blindado  contra todos los ‘micos’ que siempre le montan en su paso por el Congreso.