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El predial es uno de los tributos más eficaces y extendido en las ciudades al tiempo que menos desarrollados en el campo, mejorar formas de pago con tecnología sería la gran solución
Es un hecho elocuente que los tenedores de propiedades en Bogotá fueran quienes denunciaran la desidia en la Secretaría de Hacienda a la hora de pagar el impuesto predial. La enseñanza que deja el episodio es que hay millones de personas que quieren pagar sus obligaciones con el Estado para contribuir con el desarrollo de la ciudad, la región y el país entero, pero que son los mismos recaudadores quienes cometen errores, no se modernizan y pasan como si nada a la hora de recaudar el dinero que necesitan para funcionar. El Tesoro Distrital, debido a los problemas para obtener la factura y pagar el impuesto predial en la plataforma virtual, tuvo que ampliar el plazo para realizar el trámite con descuento de 10%, que inicialmente era el 9 de mayo y tuvo que ampliarse para el 24 de junio. Obvio, perdió una oportunidad financiera la Capital y ganaron un espacio de tiempo los bogotanos buena paga. Pero el episodio deja al descubierto que el salto digital, la transformación tecnológica y toda la modernización está fallando en la ciudad con más recursos y que debería ser ejemplo para el país.
El viejo comentario aludido a los habitantes de Chocó que reza: “eso del IVA acá no pegó”, bien podría rediseñarse y rotularlo al Distrito Capital, que ha hecho el oso a la hora de facilitarle a los contribuyentes el pago de impuestos, que había venido funcionando sin mayores problemas en años anteriores cuando las personas casi que autoliquidaban sus recibos en una plataforma o les llegaba el cobro en papel a sus predios. Algo oscuro pone al descubierto la incompetencia de muchos funcionarios, que está ocurriendo sin que las autoridades competentes hagan algo por castigar a los responsables. No cobrar impuestos por descuido o acción deliberada debería ser una falta mayor que le cueste el cargo público a los responsables. El contribuyente puede escudarse en que la plataforma se cae o no funciona para no pagar su contribución. Con su mala ejecución y mal ejemplo, el Distrito le está dando la razón a quienes se niegan a pagar cosas tan básicas como una evidente fotomulta, pues los sistemas están fallando, lo que podría surgir como disculpa. Son millonarias las inversiones que se han hecho en tecnología, pero el problema no es del sistema, es de los operarios, pues en todo el mundo se liquidan bien los impuestos, se le facilitan a las personas el pago y el aparato tributario se enfoca en el cobra fácil, cultura que no ha calado en Bogotá; otras grandes capitales colombianas como Medellín van más adelante, incluso el predial se puede pagar por cuotas, todo para que esa obligación sea consciente y amigable.
La economista, Deirdre McCloskey, ha trabajado el tema bajo la premisa que dicta que países que prosperan más que otros se enfocan hacia un pago de impuestos seductor que favorece la innovación y su divulgación. El problema para la profesora emérita de la Universidad de Illinois, en Chicago, no es solucionar la desigualdad, sino la pobreza y el camino más expedito es tener una estructura tributaria moderna que contribuya a borrar las asimetrías históricas. Bien por los bogotanos que denunciaron las fallas en los sistemas, la incomodidad, la desidia distrital y encendieron las alarmas; otrora, lo más fácil hubiese sido pasar de agache, no pagar, hacerse el bobo, porque no había manera de cumplir con ese deber.
Los números hablan: el PIB creció 1,7% en 2024, antes de la pandemia, en 2018, 2,6%, en 2019, 3,2%, en 2020 fue negativo de 7,2%, mientras que en 2021 rebotó a 10,8% y en 2022 alcanzó 7,3%
De lejos la corrupción es el gran problema de los colombianos, pero hay que dejar de hablar en general para poder atacar el flagelo a raíz, la corrupción está en todas las actividades
Hay racionamiento de agua en muchos lugares, la energía eléctrica tiene altos precios, el gas está bajo amenaza de alza e internet y telefonía son de mala calidad