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EDITORIAL

Hay que cuidar las empresas distritales

jueves, 27 de marzo de 2014
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Los bogotanos deben vigilar la no politización de sus empresas emblemáticas para planear mejor su papel en el futuro.

Las comparaciones no solo son odiosas sino que en la mayoría de las ocasiones no es válido hacerlas. Hablar de las cosas que tiene una capital de país como Bogotá, de nueve millones de habitantes, y de lo que ofrece una capital departamental como Medellín, de dos millones, es un ejercicio simplista que poco o nada aporta al debate social. Pero sí existen modelos empresariales que bien se pueden tener en cuenta al momento de hacer un análisis comparativo, en particular de la gestión pública de las dos ciudades. Tiene que ver con la administración que se le ha dado durante medio siglo a las Empresas Públicas de Medellín, que de lejos es un verdadero caso empresarial en donde el ancla del análisis debe ser la coherencia en el gerenciamiento de lo público y su responsabilidad con la ciudad y la región.

EPM es un modelo que bien vale resaltar cuando se habla de preservar los bienes públicos. El adecuado uso del agua ‘rentabilizando aguaceros’; la buena administración del servicio público de energía; la oportuna escisión de las telecomunicaciones y ahora la alianza estratégica con Milicom; la eficaz recolección de basuras y buen manejo del acueducto y alcantarillado, son proyectos de ciudad que han llevado a la capital de Antioquia a ser uno de los mejores vivideros en términos de servicios públicos de Colombia. A vuelo de pájaro, eso se debe a la autosuficiencia que tiene la región, a su clara vocación de superación de problemas sociales, y ante todo, a una preservación superior de los bienes públicos, como son sus empresas oficiales.

En Bogotá lo público tiene otro precio y lo ponen los mandatarios de turno, una situación que no debe prosperar en una ciudad que camina a pasos agigantados hacia el desarrollo muy a pesar de sus miles de problemas. La ETB, la compañía mixta de telecomunicaciones, tiene un mercado casi tan grande como el de toda Centroamérica con un ingreso per cápita superior a la del subcontinente. La EEB, la distrital mixta de energía, se ha convertido en una de las multilatinas más exitosas que maneja el gas en Lima y ahora apuesta duro por la compra de Isagen. Y está la próspera compañía distrital de acueducto o Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, entidad que regula y administra los sistemas de alcantarillado que tiene ahora la oportunidad de controlar el negocio de las basuras de manera eficiente.

Es todo un portafolio de compañías que deben tener en su esencia empresarial su deber con Bogotá, pero ante todo que contar unos gobiernos corporativos a prueba de corrupción. Son cerca de 10 millones de habitantes con el mejor ingreso de Colombia. El mercado está dado y las empresas existen y han probado ser exitosas. Ahora la tarea es blindarlas para que Bogotá cuente con más futuro que pasado. 

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