El primer Papa Jesuita, Francisco, le aportará tesis económicas antes ausentes en la línea del Vaticano
Muchas cosas están cambiando aceleradamente al interior de la Iglesia Católica. La renuncia de Benedicto XVI a su pontificado y la llegada de un Sumo Pontífice de América Latina, son dos hechos muy relevantes para los cristianos de todo el mundo y un punto de reflexión para los latinoamericanos. Y no es solo una situación de política eclesiástica y de anécdotas papales, es un verdadero reto a los líderes de esta parte del mundo para que sean más conscientes del otrora llamado Continente de la Esperanza, que debe dejar de ser ‘esperanza’ para convertirse en una realidad concreta que le aporta al mundo.
De los jesuitas sabemos mucho en Colombia. De su manera de ver el servicio a los demás, sobre su forma de administrar los recursos escasos, su bajo perfil, la dedicación a la educación exigente, la formación de líderes que transforman la sociedad en sus colegios y universidades. Su ‘producido social’ lo vemos en miles de empresas colombianas muy exitosas. No hay lugar a equívocos cuando leemos entre líneas algunas de las tesis económicas expuestas por Francisco cuando era un obispo de a pie en su natal Buenos Aires.
“La pobreza es inmoral, injusta e ilegítima, porque ocurre en naciones que tienen condiciones objetivas para evitar o corregir esos daños”, decía en una de sus muchas entrevistas a la prensa de su país. Allí ya deja entrever que era un hombre de posiciones férreas, de carácter firme, enérgico que hoy tiene la responsabilidad de hacer que el continente iberoamericano deje el peldaño de esperanza para ser una realidad concreta de transformación mundial. Su pensamiento social y económico, formado a pulso por la Compañía de Jesús, le ayudará a enfrentarse a la difícil tarea de liderar más de 1.200 millones de católicos en un momento en que la iglesia se encuentra en medio de escándalos de abuso sexual, disputas y burocracia al interior del Vaticano y un déficit de US$19 millones.
Jorge Mario Bergoglio siempre dio pinceladas profundas de su forma de ver la sociedad latinoamericana que hoy debe ayudar a corregir; bien plantea hace un poco más de cuatro años que “los derechos humanos se violan no solo por el terrorismo, la represión y los asesinatos, sino también por las estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades”. Hoy este hombre que tiene una forma muy conocida entre nosotros de ver el mundo, entra al terreno de juego global y todos los ojos están puestos sobre él para que transforme una sociedad desigual como la nuestra y le demuestre al mundo con su trabajo honrado que en estos países llenos de recursos, de gente joven, de ilusiones y energía, hay mucho más futuro para construir una sociedad verdaderamente nueva.
