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Las últimas cifras muestran que el sector industrial poco a poco mejora, pero no hay nada de estructural en ese resurgir
El presidente de la Asociación Nacional de Industriales, Andi, Bruce Mac Master, ha puesto sobre el debate público la necesidad de un Ministerio de Industria, tal como había funcionado hasta hace unos años y como ocurre en varios países de la región y en casi todos los estados desarrollados. Es un tema crucial para la economía, máxime en estos momentos en los que la industria empieza a levantar cabeza a la luz de las buenas cifras entregadas por instituciones como el Dane y entidades como Fedesarrollo, y que tienen origen en el sector de la construcción y no en una cambio estructural en la economía.
A lo largo de seis décadas de historia económica, la industria ha sido puesta en diferentes carteras sin mayores preocupaciones, incluso en los albores del siglo XX estuvo en la misma cartera que la agricultura, también en medio de las minas; posteriormente hubo un ministerio de Desarrollo Económico que en tiempos de apertura e internacionalización fue fusionado con las tareas de comercio exterior hasta nuestros días. Jugar con las carteras bajo el ensordecedor aplauso del Congreso ha sido una práctica histórica en nuestro país. Recordemos solo como anécdota la irracionalidad de haber integrado en un solo ministerio el tema de la vivienda con el ambiental o integrar la salud con lo laboral. ¿Qué tal Interior con Justicia? Todo con el peregrino argumento de que hay que reducir el Estado a su mínima expresión.
Hoy existe el Ministerio de Comercio Exterior, Industria y Turismo en donde convive la contradicción de firmar tratados internacionales y a la vez defender a la industria local. Tengamos en cuenta que el comercio exterior es una estrategia para lograr el desarrollo industrial, pero atiende solo una de sus múltiples facetas. Estamos seguros que la tarea de comercio ya se realizó muy bien por 20 años y al Ejecutivo se le olvidó la política industrial como una de las políticas públicas a desarrollar.
Una política industrial moderna debe buscar posicionar a Colombia como “el mejor del mundo” en algo, para ello el país debe hacer esfuerzos e inversiones que no esta adelantando. Está demostrado que el desarrollo industrial es una condición necesaria para alcanzar el desarrollo económico y social. Hay una falsa premisa como es la de suponer que política industrial y proteccionismo es lo mismo. Esa es sin duda la interpretación de la Cepal, la cual ha sido totalmente revaluada.
La industria requiere que muchos otros sectores se pongan en condiciones de competencia internacional para poder competir. Por ejemplo energía, infraestructura, ambiental, judicial, regulatorio, supervisión de normas técnicas etc. Ojalá el Gobierno de Santos II aterrice estas ideas.
Durante los últimos trimestres el crecimiento de la economía ha estado tirado por el sector del entretenimiento, que se ha convertido en una realidad en un país volcado a los espectáculos
La llegada de remesas a Colombia en 2024 será histórica, muy cerca de los US$12.000 millones, una cifra que, al menos en diciembre, morigera la acentuada devaluación del peso
El Estatuto Tributario en Colombia debe estar a tono con las tendencias de consumo de las familias, y más aún, con los nuevos jugadores del mercado que no pagan nada de impuestos