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ANALISTAS

Cómo construir confianza con las marcas cuando el consumidor va a la fija

sábado, 2 de agosto de 2014
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Las diferencias  de  calidad entre los productos y marcas  cada vez son menores.  Muchos de los productos que respaldan las marcas se fabrican en los mismos lugares que sus competidores. Para el caso de la prestación de servicios, se buscan mayores niveles de estandarización, índices altos de calidad y eficiencia, pero con muchas similitudes. 

El acceso a las “Mejores Prácticas Mundiales”  hace que las empresas encuentren de manera relativamente fácil, el camino para  prestar sus servicios o fabricar sus productos con estándares de calidad.  ¿Entonces cómo nos ganamos la lealtad de los clientes?

Existen varios caminos. Uno es la constante innovación y la relevancia. Es decir, aquella  marca que entrega lo que el  cliente necesita sin que él necesariamente sea consciente; y  entregando y comunicando con argumentos reales,  que aumenten la confianza del consumidor en la marca.

Para aumentar la confianza, en un entorno de  desconfianza, contamos con alternativas como gestionar la herencia: contar de donde proviene la marca, donde nació, porqué motivo se creó.   

Es de resaltar que aún continúan existiendo niveles de confianza superiores  para los productos fabricados en Alemania o Japón, y en algunos casos, en Estados Unidos, frente a los productos coreanos, chinos y del este de Europa, dependiendo de la categoría. 

Cada vez la audiencia se interesa más en los orígenes de la cosas para obtener un sentido en el consumo o uso.  Basta con evaluar cuántas películas taquilleras del cine relatan cómo comenzaron las cosas,  pues siempre queremos aprender forma entretenida y sin que nos demos cuenta.

También se deben gestionar las señales de la marca. Los logos, eslóganes, formas,  personajes,  música,  jingles, imágenes y productos icónicos conectan al consumidor con momentos, recuerdos y sentimientos relevantes para él y, por ende, para la marca. Por ejemplo, ya sabemos que cuando vemos unos osos blancos a la televisión es que probablemente llegó la navidad de la mano de Coca-Cola o cuando   escuchamos la canción de  Cerveza Águila nos conectamos con la Selección Colombia.  

También se debe tener clara la personalidad de la marca. Los humanos confiamos en personas no en “cosas” y en esa medida, establecemos relaciones con los demás. La forma más cercana de llevar a una marca a que tenga rasgos de persona es definiéndole una personalidad: valores, cualidades y defectos.  

Así pues, como organización piense cuál de las alternativas propuestas puede desarrollar con certeza y consistencia, en la búsqueda de construcción de la confianza, sin olvidar que ello toma su tiempo y destruirla, tan sólo unos segundos (más ahora en la era digital).

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