Audemars Piguet se apunta a la moda de los relojes pequeños con el Royal Oak Mini

De apenas 23 milímetros de diámetro, el Royal Oak Mini es la versión más pequeña en el catálogo actual de este icono de la relojería. Se presenta en las tres versiones de oro y con el acabado Frosted Gold en toda su superficie.

Cincuenta y dos años de vida dan para mucho. En el caso del Audemars Piguet Royal Oak, le han servido para convertirse en todo un icono. Es historia viva de la relojería moderna y también uno de sus activos más potentes del presente. No en vano, la referencia 16202, la heredera del mítico "Jumbo" lanzado en 1972, siguen siendo uno de los modelos más demandados por los aficionados de todo el mundo, con largas listas de espera para hacerse con un ejemplar.

Una de las razones que explican la atemporalidad del Royal Oak es su capacidad de adaptarse a las tendencias del momento. En todo este tiempo hemos visto Royal Oak de todos los colores, materiales y tamaños. Hace años la moda eran los relojes extragrandes, y Audemars Piguet estaba ahí con sus espectaculares Offshore. Cuando ha llegado el momento de los minirrelojes, una de las tendencias que con más fuerza han entrado en la temporada, la manufactura de Le Brassus rescata el sorprendente Royal Oak Mini, de apenas 23 milímetros de diámetro, su reloj más pequeño dentro de su catálogo actual.

Un reloj que es una joya

El Royal Oak es un ejemplo de lo permeable que puede llegar a ser la línea que separa la relojería de la joyería. La experiencia previa de su legendario diseñador Gérald Genta como diseñador de joyas fue esencial a la hora de apostar por un diseño donde la caja se integraba en la forma del brazalete y crear una pieza muy especial, dentro de la tradición de los relojes-joya de los años setenta, pero a la vez con una estética rompedora para su tiempo. Esta naturaleza luce especialmente en los modelos de pequeño diámetro como este Royal Oak Mini. Aunque el tamaño no es la única variable que hace de este reloj una joya de pleno derecho.

Toda la superficie del nuevo Royal Oak Mini ha recibido un tratamiento Frosted Gold. Se trata de una técnica clásica de orfebrería italiana que introdujo en la colección Royal Oak la joyera italiana Carolina Bucci en 2016 y cuya magnífica recepción ha logrado que se incorpore de manera permanente al catálogo de la casa. El Frosted Gold consiste en un laborioso punteado de la superficie de oro con una herramienta con punta de diamante. El efecto visual conseguido es similar a si el reloj estuviera cubierto por una alfombra de piedras preciosas.

La luz también juega un importante papel en el diseño del Royal Oak Mini. Además del Frosted Gold, los diferentes pulidos que encontramos en todas las superficies resaltan su naturaleza de joya. Los cepillados de los laterales de la caja y el brazalete contrastan con el brillante pulido del bisel y el realce del interior de la esfera, en el cual los índices se reflejan como si fuera un espejo. Por supuesto, no podían faltar la famosa tapicería de formas cuadradas, presente en el primer Royal Oak desde 1972 y que aún se sigue haciendo de manera artesanal, trabajando cada esfera de manera individual.

Como decíamos antes, este pequeño Royal Oak Mini se presenta en versiones de oro blanco, oro amarillo y oro rosa. Más allá del material de fabricación, los tres comparten características técnicas. El diámetro de la caja es de 23 milímetros con una altura de 6,6 milímetros y hermeticidad hasta 50 metros. Dadas las pequeñas dimensiones de la caja, el equipo de Audemars Piguet ha optado por un calibre de cuarzo con indicación básica de hora y minutos, y una duración de 94 meses. Las tres versiones también comparten precio: 34.600 euros.

Novedad con una larga tradición

La referencia 67630 es la versión más pequeña dentro del catálogo de Audemars Piguet. Sin embargo, nos el Royal Oak más pequeño en la historia de la colección. El tamaño siempre ha tenido un papel destacado en la trayectoria del Royal Oak. El primero modelo de 1972 tenía diámetro de 39 milímetros, que lo podemos ver hoy en día normal, pero que en su tiempo fue toda una revolución, en una época dominada por los relojes masculinos de tamaño pequeño.

Apenas cuatro años más tarde conoceríamos la primera versión femenina del Royal Oak, diseñada por Jacqueline Dimier y con un tamaño de caja de 29 milímetros. A la estela de los gustos de la época, muy vinculados con el deseo de miniaturización que permitió la entrada de la tecnología de cuarzo, el Royal Oak femenino fue disminuyendo su tamaño en sucesivas entregas hasta conocer en 1997 su mínima expresión en la referencia 67075 de apenas 20 milímetros de diámetro y pensada principalmente para el mercado japonés.