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INFRAESTRUCTURA

El cambio digital en servicios públicos

jueves, 12 de enero de 2017
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Julio Cesar Aguilera W.

Una definición sencilla del Internet de las cosas - en inglés, Internet of things o IoT- es aquella fase de interacción por internet (IP) en el que las máquinas se comunican entre sí (M2M), en muchos de los casos sin acción humana, para crear información de valor agregado. Ello se logra con la instalación de sensores y dispositivos que permiten establecer el estado de la máquina en cuanto a su ubicación, uso, etc., a través de redes físicas o inalámbricas. 

A partir de esta definición, la pregunta general planteada en el panel se puede resumir así: ¿De qué manera el IoT afecta la prestación de servicios públicos domiciliarios? La respuesta debe ser analizada desde dos perspectivas: la del usuario y la de las empresas. Con respecto a los usuarios, es indudable que electrodomésticos que autorregulen su uso y que nos estén informando su estado, uso de energía o agua, es una mejora para el control de las facturas de servicios públicos. Por ejemplo, una nevera que por vía de nuestro teléfono móvil nos informe que se acabaron ciertos abarrotes o que se requiere un mantenimiento preventivo de los equipos de congelación, con seguridad será una mejora para el usuario. 

Para las empresas, las aplicaciones del IoT son múltiples: En el servicio de acueducto, se puede realizar control de pérdidas técnicas (fugas) o comerciales (robos y conexiones fraudulentas), simplemente por la instalación de sensores en las redes para este tipo de problemas. El control sobre las fuentes de agua que permiten el abastecimiento de los acueductos, tanto en momentos de altos como de bajos caudales (como los asociados a fenómenos climáticos como el de la Niña y el Niño, respectivamente). El uso de medidores telemétricos puede disminuir los costos administrativos y por tanto un impacto en las facturas. Esto último, por lo menos para cierto grupo de usuarios, que por razones técnicas y económicas, es óptimo el uso de estas tecnologías. 

En el servicio de aseo, el uso de sistemas de posicionamiento global (GPS) en los camiones recolectores de residuos sólidos en las ciudades, permite la disminución de costos de transporte de dichos residuos así como la disminución de los impactos ambientales, en la medida en que al hacer un uso más racional de los vehículos se disminuye la necesidad de viajes, inclusive con un impacto en la velocidad promedio de movilidad. De igual forma, la instalación de sensores en contenedores instalados en zonas estratégicas de las ciudades y en los hogares, permitirá un uso más eficiente de la infraestructura de manejo de los residuos e incrementar el número de toneladas de residuos aprovechables. 

Pero para que todo esto sea realidad se requiere una serie de desarrollos normativos e institucionales que coordinen los esfuerzos que la Comisión de Regulación de Comunicaciones y otras entidades han venido desarrollando. En este contexto, un Conpes que establezca los lineamientos generales, las líneas de acción, los actores, los cronogramas, los proyectos y demás, sería una excelente hoja de ruta para encaminar esfuerzos a la implementación de las acciones pertinentes para masificar el uso del Internet de las Cosas como instrumento de creación y acceso a información útil para la prestación de servicios públicos.

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