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El cambio climático ya está afectando al río Magdalena

viernes, 13 de noviembre de 2015
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Luz Helena Sarmiento

Surgen dos preguntas que deben tener respuestas claras y contundentes. Que desemboquen en acciones también claras y contundentes. La primera, es ¿podemos hacer algo para reversar o detener el cambio climático o sus consecuencias? Y la segunda, ¿qué podemos hacer para vivir con los efectos del cambio climático que ya están ocurriendo y que ocurrirán?.

La respuesta a si podemos reversar este fenómeno climático, es NO. Lo que estamos viviendo hoy es la consecuencia de lo que hicimos o dejamos de hacer hace varios años. Pero sí podemos hacer para poder desacelerar los efectos futuros. La respuesta a la segunda pregunta es SI podemos hacer algo, debemos actuar, Colombia debe tener un Plan de Adaptación serio, por regiones como se ha vislumbrado por parte del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Esto me lleva al ejemplo más claro que hoy estamos viviendo de afectación negativa del cambio climático: el estado actual del Río Magdalena. De acuerdo a los datos que se tienen, el río está presentando los niveles más bajos históricos. Es la cuenca Magdalena-Cauca, es la cuenca más habitada de nuestro territorio. Todos los colombianos, pero especialmente los habitantes ubicados en la rivera del río, han esperado por años y décadas que alguien se apropie del río, de la cuenca, de su problemática, hasta García Márquez en sus escritos, mostraba la nostalgia del río en espera de su recuperación y siempre añorando el regreso del río tal como nos contaban que era.

Este Gobierno tomó la decisión de empezar invertir en el río de manera específica en dos frentes: mantener y mejorar la navegabilidad en el tramo Barrancabermeja -Barranquilla. Y restablecer la navegación entre Puerto Salgar y Barrancabermeja. Toda intervención humana tiene impactos, riesgos y oportunidades. 

La discusión sobre el río se ha convertido con el paso del tiempo en un diálogo de sordos, en donde las críticas son las mismas y las respuestas a estas también. Volviendo a la crítica sin acción. Uno de los debates más candente es cual debe ser el instrumento de manejo y control que requiere este proyecto en cada uno de sus fases. 

Que si licencia ambiental, que si plan de manejo ambiental, etc..  Eso lo debe definir el ministerio de ambiente y la Anla, pero indistinto de la decisión que se tome, el instrumento que se determine debe garantizar que los impactos, riesgos y oportunidades se han de llevar a cabo de la mejor manera, que garantice que el proyecto se haga bien, desde lo ambiental, lo social y lo cultural.

Debemos construir la estrategia para llevar a cabo de la mejor y más expedita manera el proyecto, que como dicen algunos de mis colegas y con lo que estoy totalmente de acuerdo, no puede basarse solo en el componente de navegabilidad, sino en la inversión social y ambiental por parte del gobierno central, de las instituciones regionales y locales que propenda por la verdadera recuperación de la cuenca más importante del país a nivel social y ambiental y de los habitantes de la misma, en especial las comunidades ribereñas.

Los foros que deben realizarse sobre el río, deben enfocarse en cómo potencializar y hacer que este proyecto que está impulsando el Gobierno Nacional sea el punto de inicio para que todos miremos al río, no con ojos de añoranza sino con esperanza. Ya se dio el primer paso. Actuemos.

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