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Se hablaba del verano e incluso de comienzos del otoño como fechas posibles para la salida de Pemex del capital de Repsol. La petrolera mexicana ha decidido no esperar tanto y ha iniciado hoy mismo su repliegue de la compañía española, de la que es el accionista relevante más antiguo.
Pemex ha iniciado la venta, por el procedimiento de colocación acelerada entre inversores cualificados, de más de 104 millones de acciones de Repsol, representativas del 7,86% de su capital.
A precios de mercado, esta participación está valorada en US$3.000 millones. Repsol ha cerrado hoy en Bolsa a US$28.405 por acción, tras caer un 0,19% durante la sesión. En lo que va de año, la petrolera española registra una revalorización cercana al 14%.
El paquete puesto en venta por Pemex, que ha encomendado la operación a Citigroup y Deutsche Bank, constituye el grueso de su participación en Repsol, que en la actualidad ronda el 9,4%. Es decir, una vez concluida la colocación, Pemex conservaría en torno al 1,6% del capital de Repsol.
Hasta hoy, Pemex, presente en el accionariado de Repsol desde 1990, era el tercer mayor accionista de la petrolera española, por detrás de La Caixa, que posee un 12,97% y Sacyr, con el 9,53%.
Asimismo, la decisión de Pemex de desprenderse del grueso de su participación el Repsol se produce unos días antes de la visita de Estado a España del presidente de México, Enrique Peña Nieto, fijada para los días 9 y 10 de junio.
Desavenencias
Las relaciones entre Pemex y la cúpula de Repsol atraviesan horas bajas desde hace tiempo. Las desavenencias comenzaron en 2011 cuando la empresa mexicana se alió con Sacyr, entonces presidida por Luis del Rivero, para sindicar sus acciones e intentar hacerse con el control.
Posteriormente y tras el fracaso de la operación, que supuso la salida de Del Rivero de la constructora, las relaciones entre ambas compañías se normalizaron gracias a un acuerdo de estabilidad.
Sin embargo, el conflicto se reabrió cuando Pemex intentó intermediar entre Repsol y el Gobierno argentino para alcanzar un acuerdo de compensación por la expropiación de YPF, una oferta que fue rechazada por la empresa española al considerarla insuficiente.
Posteriormente, en noviembre del pasado año la dirección de Pemex comenzó a criticar públicamente a la dirección de Repsol al considerar que los resultados económicos de su inversión en la empresa española no cumplían con sus expectativas.
Pemex llegó a negar su apoyo al equipo del presidente, Antonio Brufau, en un consejo de administración y en la última Junta General de Accionistas de Repsol, celebrada a finales de marzo, votó en contra del blindaje de la petrolera ante posibles segregaciones de sus negocios.
El pasado 9 de mayo, el secretario de Hacienda de México, Luis Videgaray, señaló que la venta de la participación de Pemex en Repsol "no sería mala decisión", ya que permitiría a la compañía centrar esfuerzos en el país.
También tiene lugar poco antes de que Repsol pague a sus accionistas un dividendo extraordinario de un euro por acción, que se hará efectivo el viernes y que supondrá un desembolso total para el grupo de más de US$1.770 millones.
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