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Hubo una considerable rebelión en las filas del partido conservador de Angela Merkel, lo que sugiere que la canciller alemana no volverá a pedir al Parlamento ayuda para Atenas.
El Bundestag o la Cámara baja alemana, cuyo respaldo es esencial para liberar fondos del rescate, aprobó el plan por 454 votos a favor, 113 en contra y 18 abstenciones.
Alemania, donde hay un profundo recelo a enviar más ayuda para Grecia, es el país de la zona euro que ha contribuido más en los dos rescates anteriores a Atenas desde 2010. El nuevo paquete tiene un valor de US$94.940 millones.
Schäuble, el negociador alemán más duro sobre el rescate griego, lideró los llamados para apoyar el tercer paquete en el debate parlamentario, aunque planteó dudas sobre su éxito.
"Por supuesto, tras la experiencia de los últimos años y meses no hay garantía de que todo funcione y es permisible tener dudas", dijo Schäuble a los diputados alemanes antes de la votación.
"Pero en vista del hecho de que el Parlamento griego ya ha aprobado una gran parte de las medidas, sería irresponsable no aprovechar la oportunidad de un nuevo comienzo para Grecia", agregó.
El apoyo de partidos como el socialdemócrata, que es socio de Merkel en su coalición de gobierno, y del opositor partido Verde aseguraron la aprobación alemana al rescate.
Pero en un revés a la autoridad de Merkel, 63 conservadores votaron en contra y tres se abstuvieron.
"El problema no es la falta de solidaridad europea, sino la falta de eficiencia griega", dijo Wolfgang Bosbach, miembro de la formación conservadora CDU a la que pertenece Merkel.
Los parlamentos de Austria, Estonia y España también aprobaron el acuerdo de rescate.
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