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A finales de 2017 se estimó que habían más de 16.000 personas de esta población en Roma.
El papa Francisco dio a los habitantes de calle como regalo de Navidad una nueva clínica en la Plaza de San Pedro donde podrán acceder a atención médica, informó el Vaticano el sábado, en su más reciente medida para ayudar a los desposeídos de Roma.
La organización humanitaria Católica Romana Caritas estimó a fines del año pasado que había más de 16.000 indigentes en Roma y que la cantidad de ellos que se congrega cerca del Vaticano ha aumentado ostensiblemente en los últimos años, especialmente durante la noche, cuando se apiñan bajo pasajes comerciales para dormir.
La nueva clínica con tres salas de visitas estará abierta tres días a la semana y será atendida por médicos voluntarios de los servicios médicos del Vaticano y de hospitales de Roma.
Especialistas en pies estarán disponibles una vez a la semana. Organizaciones humanitarias afirman que los indigentes sufren particularmente de dolencias en los pies debido a que rara vez se sacan los calcetines y zapatos y también usan calzado que no les queda bien, lo que provoca problemas como infecciones con hongos, ampollas y callosidades.
La nueva clínica reemplazará a una temporal más antigua que está cerca y que también había sido establecida por el Papa Francisco, de 82 años. Además, el Sumo Pontífice ha abierto instalaciones donde los indigentes pueden bañarse y cortarse el cabello.
Cuando no esté atendiendo a los indigentes, la nueva clínica -construida en el terreno de la antigua oficina de correos del Vaticano- servirá como un puesto de primeros auxilios para peregrinos y turistas.
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