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Aunque no parece probable que vaya a dar marcha atrás al alza de las tasas en su reunión del miércoles, el desplome del precio del petróleo añade dudas sobre la decisión de la Fed.
El crudo está en mínimos desde 2008 y el mercado está sufriendo una fuerte volatilidad que arrastra a las Bolsas a la baja. Esta situación se produce, además, en un escenario en el que la inflación no da síntomas de crecimiento. La Fed considera que la inflación está en la senda de alcanzar el año que viene el objetivo de 2%, pero hoy sigue por debajo de 1%. Pese a que el índice de paro está en 5%, lo que implica casi pleno empleo, los salarios apenas han subido un 2,5% en el último año, lo que añade obstáculos al incremento de la inflación. La caída de los precios de la energía tampoco está ayudado a los planes de la Fed.
A estas alturas, pocos expertos dudan de que el banco central de Estados Unidos subirá los tipos en un cuarto de punto en la última reunión del año. Lo que muchos no tienen tan claro es cuándo se producirá el siguiente incremento. El objetivo de tipos en el 1% en diciembre de 2016 no parece hoy un razonable para la mayoría. Algunos no descartan, incluso, que el organismo que preside Janet Yellen se vea obligado a dar marcha atrás y tenga que volver a rebajar tipos el año que viene, como ha sucedido con otros Bancos centrales, como el de Israel o del de Chile.
"Países expuestos a mercados de materias primas con elasticidades relativamente bajas, en especial los metales, podrían requerir colchones fiscales y espacio en su política monetaria", sostuvo el informe.
La policía ecuatoriana arrestó a Glas, dos veces condenado por corrupción, el 5 de abril y lo sacó de la embajada de México donde vivía desde diciembre
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