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En menos de 40 años, la población mundial crecerá de los actuales 7.000 millones de personas a 9.000 millones. Este acelerado crecimiento traerá consigo desafíos en el abastecimiento de alimentos y Nueva Zelandia, el país de Oceanía con uno de los modelos agropecuarios más exitosos del mundo, está listo para enfrentarlos.
. Pero sabe que no puede hacerlo solo, que necesita de la cooperación de otras economías para dicho propósito. Apuntar a ser más global será el objetivo de Fieldays, la feria agropecuaria más grande del hemisferio sur que arrancó esta semana.
En pleno centro de la región de Waikato, el área agrícola más intensiva de Nueva Zelandia, y a 10 minutos de Hamilton, la cuarta ciudad más grande del país que produce la mejor leche y un tercio de las exportaciones lácteas del mundo, se llevará a cabo la versión número 45 de esta feria agroindustrial, que atrae más de 120.000 visitantes de 40 países.
En 94 hectáreas, más de 1.000 expositores presentarán durante cuatro días productos y tecnologías que han hecho de Nueva Zelandia uno de los países líderes en el sector agrícola. “Pensando en el futuro, en los desafíos ambientales y alimenticios, necesitaremos de la cooperación de otros países como Colombia”, dijo el embajador neozelandés para este país, Chile y Perú, John Carper.
La creciente demanda de los países emergentes no ha sido únicamente por alimentos sino también por tecnologías y conocimiento para mejorar su productividad agrícola. Según Carper, Colombia tiene oportunidades “increíbles”, pero debe mejorar su productividad, reduciendo costos, innovando y tecnificando.
Y estos aspectos han sido la piedra angular de esta nación de tan solo 4,5 millones de habitantes, los cuales presentará en el Centro de Innovación durante la feria. Esta es una reconocida plataforma que mostrará los últimos desarrollos y lanzamientos de productos en la industria agrícola.
La apuesta de Nueva Zelandia, un país que exporta el 95% de toda su producción agrícola, es duplicar sus ventas externas en los próximos 12 años, pasándolas de una participación del 30% del PIB en 2013 al 40% del PIB en 2025.
Para cumplir con estos objetivos ha decidido mirar hacia los mercados emergentes, entre esos Colombia, país que recibió por primera vez la visita del primer Ministro neozelandés, John Key, en marzo de este año.
Durante este encuentro, en el cual participó una delegación de 22 empresarios, el Gobierno neozelandés anunció una ayuda de $4 millones de dólares neocelandeses para los próximos cuatro en años al sector lechero, específicamente en desarrollo de tecnologías, mejoramiento de la competitividad y productividad.
El interés de las compañías neozelandesas por Colombia ha crecido, de acuerdo con Rhiannon Berry, quien trabaja en New Zealand Trade and Enterprise, la agencia nacional de desarrollo económico del gobierno, y actualmente muchas de ellas se encuentran en el proceso de conocer más el mercado colombiano y latinoamericano.
En efecto, Brendan O’Connell, gerente del grupo de desarrollo de negocios de Tru-Test, una empresa de soluciones agrícolas que ofrece medidores de leche y cercos eléctricos, afirmó que el 7% de su mercado es de América Latina y hay un interés por seguir enfocándose en él.
“En 2012, el crecimiento de este mercado fue del 50%. Encontramos muy similar el sistema de pastura, el clima y además es interesante su creciente demanda”, dijo el empresario.
Jorge Andrés Martínez, director ejecutivo de Asoleche, gremio de la industria láctea colombiana, hace parte de una delegación colombiana que está visitando la feria Fieldays. En su opinión, Nueva Zelandia tiene dos cosas importantes para Colombia: es un mercado abierto y tiene un excelente esquema de calidad.
La industria lechera neozelandesa es tan eficiente que los sistemas tecnológicos han permitido que una persona maneje la ordeña de hasta 400 vacas por hora. Martínez aseguró que un modelo como el de este país basado en el sistema de praderas, que no subsidia en nada a sus productores, ayudará al país a bajar costos y a ser más productivos.
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