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El foco es tecnología e infraestructura
Mientras que Donald Trump invierte la mayor parte de su energía en prolongar la guerra comercial con China, el país asiático elabora una estrategia a largo plazo para convertirse en la potencia económica líder en el mundo. Desde impulsar a las compañías tecnológicas hasta asociarse con 65 países de otros continentes en materia de infraestructura y comercio, el país que gobierna Xi Jinping busca desbancar a EE.UU. de la cima del mundo en los próximos 30 años.
La principal disrupción de China viene en materia de tecnología, rubro donde el país es totalmente autosuficiente e independiente de las compañías pioneras del sector en Estados Unidos. Tanto así que cuentan con sus propios equivalentes de firmas como Google, Facebook y Amazon. Cada una es reemplazada por el buscador Baidu, la proveedora de servicios de internet Tencent y la firma de e-commerce Alibaba.
Además, la app WeChat, que funciona como el reemplazo de WhatsApp, permite realizar pagos electrónicos mediante el scanner del código QR. Incluso, expertos aseguran que 70% de los pagos que se hacen en China se realiza a través de dicha plataforma, mostrando así una tendencia creciente a la digitalización del dinero.
Con el avance de las compañías de internet, además de su eficiencia, se presume que el mundo tendrá dos internet en el corto plazo, provenientes precisamente de China y EE.UU., según comentó el expresidente ejecutivo de Alphabet, Eric Schmidt.
Mientras tanto, la relación de Trump con las empresas del sector tecnológico se ha deteriorado en los últimos meses a raíz del bajo desempeño de las mismas en el mercado bursátil y los escándalos en los que se han visto envueltas. De acuerdo a ello, el experto en tecnología, Diego Santos, mencionó que “ese enfrentamiento puede pasarle factura a EE.UU., pues parte del desarrollo de ese país se debe a que el Gobierno entendió la libertad y el apoyo que le tenía que dar a las empresas tecnológicas, y los que están mas desarrollados hoy en día son los que permitieron que esa industria floreciera”.
“La mala relación de Trump y las empresas tecnológicas puede llevar a una ralentización del progreso del sector, y ahí es donde China le va a ganar terreno a Estados Unidos”.
“Europa está muy lejos físicamente de las áreas productivas de Asia, entonces el proyecto de China se enfoca en logística para ser más competitivo en esos mercados”.
Sin embargo, la mayor disrupción del país asiático viene desde el campo de la infraestructura, pues el gobierno chino está llevando a cabo el desarrollo de la iniciativa “Un cinturón, una ruta”, que consiste en la realización de una serie de grandes inversiones en infraestructura comercial en 65 países de Europa, Asia y Latinoamérica, que asciende a US$1 billón, y se le ha conocido como “la nueva Ruta de la Seda”. Su propósito principal es modernizar la estructura vial, ferroviaria, portuaria, aeroportuaria y energética de las naciones en cuestión.
De acuerdo con un informe presentado por la Universidad de Chile, acerca de dicho proyecto, China busca aprovechar los fondos acumulados durante los últimos años para mejorar la conectividad comercial entre los países participantes del proyecto.
Al mismo tiempo, la nueva “Ruta de la Seda” tiene la capacidad de expandir la exportación, abaratando costos de transporte, y mejorando la cooperación financiera.
Para el director del Consultorio de Comercio Exterior de la Universidad Icesi (Icecomex), José Roberto Concha, el proyecto también busca acercar logísticamente a otros mercados a la parte productiva de Asia, que se ubica sobre la costa del Atlántico, además de hacer que Europa se aproxime a esta dinámica.
El experto también agregó que es “muy probable” que China supere a EE.UU. para 2049, pues “está avanzando a pasos agigantados y ya le pisa los talones a esa economía poderosa de EE.UU. de hace cinco o 10 años”.
El tamaño económico es clave
Según cifras del FMI, el PIB de EE.UU. llega a US$20,51 billones, mientras que el de China asciende a US$13,64 billones, cifra que abarca 65,6% del total de la nación que gobierna Donald Trump. Sin embargo, la economía asiática ha mantenido un franco crecimiento, algo que, según el economista Alberto Bernal citando a Arthur Kroeber, tiene que ver con los cambios que ha tenido en los últimos 20 años, llegando a generar 15,4% del PIB y a crear 26,4% de la infraestructura del mundo.
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