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Ese porcentaje de empresas (32%), que supera por 4 puntos el promedio regional de 28%, dejó a Colombia como el cuarto de la región en donde más se perpetraron este tipo de ataques, de los cuales 76% correspondieron a apropiaciones indebidas de activos o robos.
Los otros dos delitos por los que más sufrieron las compañías nacionales fueron los cibernéticos, que padeció 32% del empresariado, y los que implican sobornos y corrupción, que afectaron a 29%.
Así mismo, el estudio demuestra que en 39% de los casos estos ataques dejaron pérdidas de hasta US$50.000, y en 32% de ellos la cifra podría ascender hasta US$100.000. También hubo situaciones más graves, que dejaron pérdidas que oscilaban entre US$100.000 y US$1 millón.
Aunque 46% de los empresarios manifestó estar inconforme con el manejo que le daban las autoridades a sus denuncias debido a que no siempre tenían la infraestructura necesaria para llevar a cabo investigaciones que conllevaran a dar soluciones, principalmente cuando se trataban de temas cibernéticos, según el decano de la Facultad de Administración de la Universidad Unicafam, Édgar Villamizar, un buen número de los casos podría haberse prevenido dentro de las mismas compañías.
“El sector privado puede protegerse a sí mismo de esas situaciones, fortaleciendo los protocolos cibernéticos de seguridad. El problema es que aún no hay conciencia de la necesidad de este tipo de barreras. Lo mismo se debe hacer a la hora de contratar personal, pues los estudios de seguridad deberían ir un poco más allá de la visita, hacia la información económica y judicial de las personas”, señaló el experto.
Esta tesis podría ser soportada teniendo en cuenta que 61% de los crímenes contra las organizaciones fueron cometidos por actores internos, que generalmente tenían accesos privilegiados a las cuentas.
Y es que los robos son el problema generalizado en las empresas de la región. En Venezuela, el primer país del listado, más de la mitad de las organizaciones señaló haber sido víctima de delitos económicos, de los cuales 79% de los registrados correspondieron a la apropiación indebida de activos.
Al igual que en Colombia, los delitos cibernéticos fueron los segundos más cometidos (49%), seguidos de los que tenían que ver con el uso indebido de la información privilegiada con el fin de hacer fraudes o ganar ventajas competitivas (25%).
En el vecino, 56% de las empresas tuvieron pérdidas por hasta US$50.000, y hubo un reducido grupo de 81 encuestados (equivalente a 1% del total) que declaró que el déficit fue de entre US$5 millones y US$100 millones, una cifra que no se registró en las organizaciones colombianas.
Chile fue el segundo país en el que más reportaron delitos contra el patrimonio de las empresas. Allí, 39% de los gerentes consultados aseguró haber presentado alguno de estos casos. Igualmente, el país austral tuvo el mayor porcentaje de robos con respecto al resto de la región, pues se presentaron en 84% de las organizaciones.
El fraude en los procesos de compra también fue popular para 36% de las firmas, y 20% de ellas encontraron fraudes contables. Contrario a los otros miembros de la región latinoamericana, en Chile el mayor porcentaje de casos (28%) tuvo pérdidas de hasta US$1 millón.
México, aunque no padeció tantos ataques como los que tuvieron los países anteriormente mencionados, pues estos ascendieron a 37%, sí tuvo una particularidad, pues fue el lugar en donde las pérdidas registradas alcanzaron los mayores costos en 89 de los casos conocidos.
Estas empresas, que corresponden a menos de 1% de las consultadas, se vieron defraudadas por montos superiores a US$100 millones. Los crímenes más comunes fueron los relacionados con robos (76%), delitos cibernéticos (21%) y uso de la información privilegiada (19%).
Los tres menos afectados
Solamente dos países de los tenidos en cuenta en el estudio de PwC estuvieron por debajo del promedio regional: Brasil y Uruguay.
El primero tuvo la menor cantidad de incidentes en proporción a las consultas realizadas, pues solo 12% de las firmas sufrió delitos económicos.
Allí, como en toda América Latina, el problema más común fue el de la apropiación indebida de activos (65%), seguida del fraude en los procesos de compra (58%) y los temas relacionados con sobornos y corrupción (23%).
En Uruguay sortearon estos inconvenientes 17% de las compañías y los flagelos más asiduos fueron robos (61%), delitos cibernéticos (22%) y el uso de la información privilegiada (11%).
Argentina no estuvo por debajo del promedio, fue el tercero menos afectado, con 29% de firmas, siendo los robos (81%), delitos cibernéticos (33%) y sobornos (22%), los más comunes.
Ciberseguridad, un problema que va en aumento
En el ponderado de la región del estudio de PwC, los delitos cibernéticos fueron los segundos más perpetrados contra el patrimonio de las empresas en 2016. De acuerdo con el asesor y especialista en seguridad de la firma EY en Colombia, Juan Mario Posada, el mayor problema radica en que es el factor que más está en aumento, al tiempo que es el menos vigilado, pues según demostró un informe de su compañía, 50% de las empresas en el país están pensando en disminuir su presupuesto en ciberseguridad este año.
Las opiniones
Juan Mario Posada
Especialista en Ciberseguridad de EY
“Actualmente, 50% de las firmas en Colombia quieren bajar su presupuesto en ciberseguridad, y es el problema que más crece”.
Édgar Villamizar
Decano de Administración de Unicafam
“El sector privado puede protegerse a sí mismo de esas situaciones, fortaleciendo todos sus protocolos de seguridad”.
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