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El índice de confianza de los consumidores de la empresa GfK cayó a -49 el noveno mes del año desde -44 en agosto
La confianza de los consumidores británicos cayó este mes a su nivel más bajo desde que se iniciaron los registros a mediados de la década de 1970, con escasos indicios de que el anuncio de la primera ministra Liz Truss de ofrecer ayudas adicionales a los hogares haya servido de impulso.
El índice de confianza de los consumidores de la empresa de estudios de mercado GfK cayó a -49 en septiembre desde -44 en agosto, peor que todas las previsiones de un sondeo de Reuters que apuntaba a una lectura mejorada de -42.
Las lecturas de -30 o menos han presagiado una recesión en cuatro de cinco ocasiones desde que se inició la encuesta en 1974.
La encuesta coincidió con la declaración de Truss sobre la limitación de las facturas energéticas de los hogares y con el fallecimiento de la Reina Isabel el 8 de septiembre, pero GfK no registró ningún cambio significativo en las respuestas después de esa fecha.
En general, las lecturas subrayaron el precario estado de la economía británica horas antes de que el nuevo ministro de finanzas, Kwasi Kwarteng, ponga al día al Parlamento sobre las medidas para ayudar a los hogares y a las empresas.
Joe Staton, director de estrategia de clientes de GfK, dijo que las bajas lecturas de los indicadores a futuro de la encuesta eran especialmente preocupantes. La encuesta se conoce después de los datos de ventas minoristas de agosto, mucho más débiles de lo esperado.
"Los consumidores están cediendo ante la presión de la creciente crisis del costo de la vida en el Reino Unido, impulsada por el rápido aumento de los precios de los alimentos, las facturas de los combustibles domésticos y los pagos de las hipotecas", dijo Staton.
Los indicadores de confianza económica y financiera personal de GfK cayeron cada uno a su nivel más bajo desde que comenzaron los registros comparables de la Comisión Europea en 1985.
Staton dijo que los consumidores estarán ansiosos por escuchar lo que diga Kwarteng el viernes.
"También será una prueba importante para la popularidad del nuevo gobierno de Liz Truss".
Truss anunció el 8 de septiembre que Reino Unido pondrá un tope a las facturas de energía de los consumidores durante dos años y canalizará miles de millones para apuntalar a las compañías eléctricas.
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