Con tecnocracia y populismo, Rafael Correa aseguró el apoyo del pueblo ecuatoriano

Mañana Ecuador tendrá elecciones presidenciales y legislativas, en donde el actual presidente, Rafael Correa, es el virtual ganador. Con la intención de voto sobre el 55%, Correa, un economista con tendencias de izquierda, ha mostrado un equilibrio entre las políticas técnicas de fortalecimiento de la economía y las populistas, más cercanas a la ideología del presidente Hugo Chávez, que lo ponen en buena posición para seguir gobernando.

Durante sus cinco años de gobierno, el mandatario ha implementado reformas económicas, políticas y sociales en el país, que de cierta manera se han desvinculado con su lado más izquierdista, ganándose así un apoyo histórico entre la población ecuatoriana.

“Es un modelo de izquierda, pero distinto a los otros modelos de izquierda. Correa no deja de tener un lado tecnocrático por su formación, que lo distingue”, asegura Andrés Molano, analista de política internacional de la Universidad del Rosario.

Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el crecimiento económico de Ecuador entre 2007 y 2012 fue de 4,4%, porcentaje mayor a la media de América Latina, de 3,5%.

“El presidente Correa ha hecho una acción de gobierno sin precedentes en la historia, diferente a todo lo que se había hecho en gobiernos anteriores. En ese sentido ha habido una ampliación de los servicios sociales, del modelo asistencialista con mayor acceso a la salud, la educación y mejor infraestructura, y ese es un capital político que ha aprovechado de cosechar”, explicó Molano.

Por otra parte, los analistas aseguran que si bien Ecuador ha optado por el control absoluto de la situación petrolera del país, también ha creado instancias más autónomas, aprovechando un alza petrolera como no lo ha sabido hacer, por ejemplo, Venezuela.

Sin embargo, si Correa logra nuevamente la presidencia, tendrá que enfrentarse a ciertos retos económicos. El mayor tema es la seguridad y estabilidad de las inversiones. Además, el respeto a la propiedad privada es un tema preocupante.

Por otro lado, la incertidumbre sobre la enfermedad del mandatario venezolano Hugo Chávez, estaría posicionando a Correa como la figura más fuerte entre los países del Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), lo que de cierta manera podría mejorar la relación entre los países con distintas tendencias políticas de la región.

“Correa ha hablado fuerte, tiene la capacidad de plantear posiciones. Por ejemplo con la iniciativa de invitar a Cuba a la Cumbre de las Américas en Cartagena, pero su izquierda es mucho más técnica, más moderada que la de Chávez”, aseguró Molano.

Los rivales de Correa
El Presidente llega a los comicios no sólo como el candidato favorito a la reelección, sino como la única alternativa viable, gracias a una oposición fragmentada y por eso los resultados son previsibles.

El Presidente será reelegido con suficiente holgura y con un margen significativo, ya sea en la primera o la segunda vuelta. La oposición no ha logrado constituir una alternativa política que le haga peso, debido a debilidades estructurales en sus organizaciones y por la ausencia de un liderazgo que los aglutine.

Una oposición fragmentada sin líder es el diagnóstico que han hecho los analistas sobre el panorama electoral de Ecuador. Esto puede demostrarse en la cantidad de candidatos con ideas similares que compiten en estas elecciones contra el actual mandatario.

En un lejano segundo lugar en intenciones de voto se encuentra el ex jefe del Banco de Guayaquil, Guillermo Lasso, con un porcentaje de preferencias que fluctúa entre 9% y 15%, de acuerdo a las recientes encuestas. Lasso es una cara nueva en la política ecuatoriana, sin embargo tiene que enfrentar el estigma de ser banquero en una sociedad que culpa a los bancos de la crisis económica de 1999, causada por una contracción del crédito y falta de liquidez del sistema financiero.

Sin embargo, es su discurso, totalmente distinto al socialista de Correa el que lo ubica en el segundo lugar. Entre las promesas de Lasso se encuentran los incentivos a los inversores privados para impulsar la creación de empleo y la libre empresa.

Otro de los contrincantes es Lucio Gutiérrez, jefe del Partido Sociedad Patriótica y un coronel retirado del Ejército que fue elegido presidente en 2002, pero que por un generalizado malestar social, tuvo que renunciar en 2005. En las elecciones de 2009, Gutiérrez sorprendió al obtener mayor respaldo popular al que se le pronosticaba, pero no le alcanzó para la presidencia.

Otro de los candidatos, Alberto Costa, es un economista y académico que fue un amigo y aliado de Correa hasta 2008, cuando se separaron por diferencias políticas.

Es miembro fundador del partido gobernante Alianza País (AP) y participó de la reescritura de la nueva Constitución en 2008.

Por último, Álvaro Noboa es un magnate banquero de 62 años que compite por la presidencia por quinta ocasión y que cuenta con los fondos suficientes para financiar una campaña.

Más de 11 millones de ciudadanos irían a votar mañana
La votación del domingo será para elegir al presidente y vicepresidente. Con la Constitución del 2008 se permite la reelección inmediata por una sola vez. Para obtener la presidencia de Ecuador se requiere que el candidato triunfador obtenga la mayoría absoluta de los votos válidos o el 40% de esos sufragios más una diferencia de 10 puntos porcentuales respecto a su contrincante inmediato. Unos 11,6 millones de ecuatorianos acudirán a las urnas. Los militares, policías y adolescentes mayores de 16 años están facultados para votar de manera opcional. Los ecuatorianos que viven en el exterior también están habilitados para ejercer el voto.