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División en el capital de Occidental Hoteles por la venta de la cadena. Después de que fracasara, el pasado diciembre, la operación en la que llevaban trabajando más de un año y que parecía a punto de cerrarse con Barceló, Bbva y Amancio Ortega, dueño del grupo textil Inditex, vuelven a sondear el mercado en busca de comprador.
El dúo inversor, que suma más del 81% de la compañía, ha retomado la idea de buscar un reemplazo. Fuentes de Occidental han declinado hacer comentarios al respecto. En el primer intento –una operación que coordinó Morgan Stanley–, además de Barceló, llegaron a la ronda final el fondo KSL (asesorado por Iberostar), la mexicana Posadas, la estadounidense Marriott, la alianza de Playa Hotels & Resorts y Host, y Perella.
En esta nueva tentativa de venta, el precio y los diferentes enfoques sobre la desinversión entre Bbva y Ortega serán determinantes.
Plan
En 2007, los socios adquirieron Occidental a Mercapital y La Caixa por US$759 millones, incluida una deuda de US$249millones. El plan de los nuevos dueños de invertir US$369 millones para hacer crecer la cadena y convertirla en líder mundial del segmento vacacional quedó en suspenso por la crisis económica.
Con el tiempo, Occidental pasó a convertirse en una inversión no estratégica y, tras reestructurar el negocio y refinanciar la deuda en 2013, Bbva y Ortega pusieron en marcha un proceso para salir del capital a principios del año pasado. Cuando el acuerdo se daba casi por hecho con el tándem Barceló-Caribbean Property Group (CPG), los dueños de Occidental frenaron la operación ante la ausencia de ofertas que alcanzaran sus expectativas.
Según fuentes del sector, Bbva y Ortega pretendían cerrar la operación en línea con lo que pagaron hace casi ocho años, pero las ofertas incluían un descuento de entre 40% y 50%, derivado de las necesidades de inversión que requieren los hoteles de Occidental. En el último momento, el acuerdo se frustró con Barceló y CPG, cuya alianza contemplaba que el fondo asumiese el desembolso económico, mientras que Barceló se encargaría de gestionar los hoteles.
Ante esta situación, los accionistas de Occidental decidieron interrumpir el proceso, aunque siguen buscando candidatos. Y ahí es donde surgen las discrepancias sobre cómo ejecutar la desinversión.
Ortega, que hace un año puso fin a su aventura en NH Hotel Group, apuesta por acelerar la salida de Occidental, cuyo valor podría reducirse a medio plazo, al no tener un plan en marcha que le permita seguir creciendo. Mientras, Bbva se muestra más reacio y ha puesto un límite por debajo del cual no está dispuesto a desinvertir. Ambos inversores han sellado un pacto por el que, si llega una oferta, se estudiará.
El problema es que, tarde o temprano, tendrá que haber consenso, ya que existe un acuerdo entre socios que vincula la aprobación de los acuerdos en junta al voto favorable de, al menos, la mitad más uno del total de derechos de voto de Occidental.
Además, excepcionalmente, para cuestiones como el nombramiento del presidente, es necesario un quórum mínimo del 66%, según consta en la memoria de una de las sociedades a través de las que Bbva distribuye su participación en la cadena.
El banco cuenta con 57,53% de Occidental, seguida de Ortega (que tiene un 23,63% a través de su sociedad de inversión Partler 2006), la luxemburguesa Tamar International (controlada por Gregorio de Diego, dispone del 13,58%) e Iosa Inmuebles (de la familia Miarnau, que suma 5,26%).
Occidental es una compañía saneada que cerró 2013 con unas ganancias de US$27,66 millones, frente a las pérdidas de US$6,45 millones de un año antes, por primera vez en beneficios desde 2005. Tras despejar el calendario financiero, la cadena ha comenzado a modernizar su cartera, que aglutina 13 hoteles, la mayoría en propiedad. En los últimos años, Occidental ha reducido significativamente su cartera cuando entraron BBVA y Ortega, contaba con 80 hoteles y 18.500 habitaciones.
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