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Apple posee un impresionante flujo de caja libre –la compañía se desprendió de US$50.000 millones el pasado año fiscal, pero EE.UU. sólo representa un tercio de sus ingresos.
La solución que ha encontrado Apple para el incómodo hecho de que la mayor parte de su caja se encuentre en el extranjero mientras sus accionistas están en EE.UU. ha sido la de emitir deuda: cerca de US$35.000 millones en los dos últimos años. El martes, la compañía anunció una emisión por valor de 2.800 millones de euros. Es algo que tiene sentido ahora que la deuda está tan barata: la factura por intereses de Apple ascendió a sólo US$400 millones en el último año fiscal, un 1% del total de la deuda.
Los accionistas han acogido favorablemente el programa de devolución de capital de Apple, y es lógico que Apple distribuya efectivo cuando pueda. Pero para devolver valor accionistas sería mejor aumentar los dividendos en lugar de llevar a cabo recompras. Las recompras y el descenso de las acciones disponibles han enmascarado discordancias en los ingresos netos, que fueron más bajos en los dos últimos años fiscales que en 2012. Las recompras también han incrementado los beneficios por acción: el crecimiento de los ingresos netos fue de 7% en el último año fiscal, mientras que el incremento de los beneficios por acción ascendió al doble de esa cifra. Hasta el momento, los dividendos han representado sólo una cuarta parte del programa de devolución de capital.
El dilema de Apple con su caja extranjera sería la envidia de la mayoría del resto de compañías. Pero si la firma de la manzana no puede hacer un uso efectivo de ese capital ella misma, debería devolvérselo a los accionistas –aunque eso implique pagar impuestos.
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