Ante el Tribunal, Harvard gana apelación de congelación de fondos por US$2.000 millones

La administración Trump apeló el fallo de un juez que declaró que congeló ilegalmente más de US$2.000 millones en fondos de investigación para castigar a la Universidad de Harvard por negarse a cumplir con una serie de demandas del gobierno federal

Los abogados estadounidenses presentaron un recurso de apelación el jueves, más de tres meses después de que la jueza de distrito estadounidense Allison Burroughs dictaminara que la administración Trump había violado los derechos de libertad de expresión y debido proceso de Harvard.

Harvard ha sido el principal objetivo de los esfuerzos del presidente Donald Trump para reformular la educación superior de élite, una campaña que primero se centró en acusaciones de antisemitismo en el campus y luego se convirtió en un ataque mucho más amplio a los programas de diversidad y al sesgo político percibido.

Desde su fallo del 3 de septiembre, el gobierno ha liberado la mayor parte de los fondos de Harvard que había congelado. Trump afirmó el 30 de septiembre que estaba cerca de llegar a un acuerdo de US$500 millones con Harvard, que operaría escuelas de oficios. Sin embargo, no se ha llegado a ningún acuerdo, y la apelación sugiere que ambas partes podrían estar lejos de llegar a un acuerdo.

Estados Unidos no pudo apelar hasta que Burroughs emitió una sentencia final sobre su orden, que se produjo el 20 de octubre. Prohibió permanentemente a Estados Unidos promulgar congelamientos de fondos en represalia por el ejercicio por parte de Harvard de sus derechos bajo la Primera Enmienda o por sus supuestas violaciones de la Ley de Derechos Civiles de 1964.

Aunque Trump acusó inicialmente a Harvard de no abordar el antisemitismo en el campus tras el ataque de Hamás a Israel en octubre de 2023, la lucha se amplió para incluir acusaciones de sesgo político, escrutinio de sus vínculos con China y oposición a los esfuerzos de diversidad.

En su fallo, Burroughs dijo que la administración ha utilizado el antisemitismo como una “cortina de humo” para atacar a las universidades, y que su enfoque en el antisemitismo en Harvard era, en el mejor de los casos, “arbitrario y, en el peor, un pretexto”.

En una declaración del viernes, un portavoz de Harvard dijo que el fallo de Burroughs restableció "la financiación de investigaciones críticas que promueven la ciencia y los avances médicos que salvan vidas, fortalecen la seguridad nacional y mejoran la competitividad y las prioridades económicas de nuestra nación", y agregó que la escuela confiaba en su caso en el tribunal de apelaciones.

La administración Trump congeló la financiación de la investigación de Harvard en abril, después de que la universidad se negara a cumplir con una serie de exigencias gubernamentales sobre gobernanza, admisiones y prácticas de contratación. Cuando Harvard presentó una demanda el 21 de abril, Alan Garber, presidente de la universidad, afirmó que las consecuencias de la extralimitación del gobierno serían "graves y duraderas".

Harvard, la universidad más antigua y rica de Estados Unidos, reveló la magnitud de sus dificultades financieras en un informe financiero. La institución registró un déficit de US$113 millones en el año fiscal que finalizó el 30 de junio, su primera pérdida operativa desde 2020. Su dotación ascendió a US$56.900 millones, pero se enfrenta a un impuesto mayor sobre las dotaciones universitarias.

“Incluso para los estándares de nuestra historia centenaria, el año fiscal 2025 fue extraordinariamente desafiante, con perturbaciones políticas y económicas que afectaron a muchos sectores, incluida la educación superior”, escribió Garber en una carta junto con el informe, publicado el 16 de octubre.

Harvard anunció una congelación de contrataciones y recortes de empleos, aumentos salariales limitados y una reducción de proyectos y gastos. La escuela de ingeniería de Harvard anunció despidos, alegando el aumento del impuesto a las donaciones y los cambios en la financiación federal.

La Casa Blanca ha emprendido una agresiva campaña para trastocar la educación superior, que ha visto miles de millones de dólares en subvenciones de investigación congelados junto con docenas de investigaciones de derechos civiles relacionadas con acusaciones de antisemitismo en los campus y supuesta discriminación en las admisiones y la contratación.

Penn, Brown, Northwestern, Cornell y Columbia acordaron llegar a un acuerdo con la administración, en búsqueda de para restablecer una financiación crucial.