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Una de las mayores preocupaciones de la salud de la economía es la crisis de la industria.
La declinación de este sector muestra que las importaciones están sustituyendo los bienes nacionales, una situación que ha venido sucediendo en la última década y que se suma al decrecimiento reciente del sector.
Una de las más recientes discusiones ha sido si ha habido una desindustrialización en el país. Para Leonardo Villar, director de Fedesarrollo, este no es el tema central: más preocupante que la pérdida de participación de la industria en el Producto Interno Bruto (PIB) es el comportamiento de su balanza comercial.
En los últimos 12 años, la balanza comercial del sector minero-energético ha aumentado hasta llegar a un superávit de un poco más de US$30.000 millones en 2012. A la par, el sector agrícola ha tenido un equilibrio, mientras que lo más preocupante es que se ha ido ampliando el déficit de la balanza industrial, hasta llegar a cerca de US$32.000 millones en 2012. Esta suma representa cerca del 10% del PIB.
Carlos Gustavo Cano, codirector de la Junta Directiva del Banco de la República, afirma que ese déficit de la industria no se puede explicar por las importaciones de bienes de capital, cuyo crecimiento anual se desplomó del 42,7% en 2011 al 0,3% en 2012. De esta manera se debilita es el crecimiento anual real de la formación bruta de capital fijo.
“En contraste, a pesar de que también perdieron dinamismo, las importaciones de bienes de consumo crecieron 12% en 2012, más del doble que las totales. En tanto que se debilita notablemente el crecimiento anual real de la demanda interna. Todo ello revela una sustitución de bienes nacionales por importados”, afirmó Cano durante el lanzamiento del libro “10 años de revaluación de Mauricio Cabrera”, el pasado 6 de mayo.
Causa de esto es la apreciación del peso, que se ha dado por efectos de la Enfermedad Holandesa, originada por la bonanza de ingresos por cuenta de la expansión del sector minero-energético. Según Villar, desde el promedio de 2004 el peso se ha apreciado 37% en términos reales, similar a Brasil, pero mucho más que Chile y Perú, que han avanzado más en productividad que Colombia. Para combatirla, es necesario aumentar el ahorro.
“Impacto de compras del Emisor luce insuficiente”
Según Carlos Gustavo Cano, codirector de la Junta Directiva del Emisor, hace un año el peso era sin duda la moneda más apreciada de la región; sin embargo, no se puede afirmar lo mismo, en su opinión, gracias, al menos en parte, a la intervención cambiaria del Banco Central. En 2012, éste acumuló US$4.844 millones, lo que constituye la mayor compra de dólares registrada en un año por el Banrepública. A pesar de esto, según Cano, “su impacto luce insuficiente”. Para Leonardo Villar, director de Fedesarrollo, la apreciación no se combate eficazmente con políticas de acumulación de reservas internacionales, sino con más ahorro, una tarea del sector público.
La opinión
Carlos Gustavo Cano
Codirector del banco de la república
“Las importaciones de bienes de consumo crecieron 12% en 2012, más del doble que las totales. Todo revela una sustitución de bienes nacionales por importados”.
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