“Los medios temen meterse con los abusos del poder económico”

Celebran tres décadas de liderazgo, de marcar el paso muchas veces a todo el país. Pero llegar al cuarto piso con la misma fortaleza ya será una proeza, porque los medios escritos del planeta afrontan un futuro incierto, sombrío. Entrevista de Salud Hernández-Mora al director de la Revista Semana, Alejandro Santos.

¿Cómo hicieron para que los lectores de su revista les consideren modelo de independencia y sensibilidad social, pese a ser su propietario y usted mismo parte de la oligarquía y de la clase dirigente? Es milagroso.

En el fondo el vínculo de sangre con la case dirigente por el apellido López o Santos, no tiene nada que ver con el compromiso periodístico que tenemos. Lo único que entendemos es que la supervivencia del medio, la influencia que tiene la revista y la vigencia de su liderazgo estará única y exclusivamente atados a nuestra condición de periodistas. Y eso, inevitablemente, significa seguir mirando el poder con desconfianza, seguir destapando ollas podridas e incomodando a sectores del poder.

¿Pero no le parece injusto que El Tiempo cargue el sambenito de santista y oficialista cuando usted es sobrino del Presidente y Felipe López, íntimo de Santos de toda la vida, mucho más que Roberto Pombo?

La independencia no está en la sangre sino en la razón y en lo que se publica. Uno puede estar tildado “de” por su condición, su apellido, pero que la gente juzgue los medios por lo que publican, por su espíritu crítico, ahí es donde está la independencia.

Trabajé para un banquero que sostenía que la banca tenía más poder que el ministro de Economía. Él terminó preso y el ministro por ahí feliz, aunque fue nefasto. ¿Siente que eso aplica a Semana, que es más poderosa que los gobernantes?

Creo que los medios en Colombia no son el cuarto poder, son el segundo. Tener la posibilidad de poner la agenda, que los políticos trabajen sobre los temas que ponen los medios, que la Justicia actúe sobre los casos que destapan los medios, da un poder enorme. La pregunta es ¿ese poder, para qué? Ahí es donde debemos asumir la enorme responsabilidad que tenemos y hacer siempre un proceso auto-crítico.

Son muy poderosos pero le tienen pánico a los grupos económicos, son gallitos con los políticos, pero se arrugan ante los grandes empresarios

Los medios son tan valientes, corajudos e independientes para denunciar los abusos del poder político, los atropellos de los actores armados, a los corruptos, como tan temerosos para meterse con los abusos del poder económico. Creo que en Colombia la autocensura se da por dos razones: por la violencia, sobre todo para los medios de provincia; y en la gran prensa porque muchas veces no se quieren meter con grandes anunciantes

Porque los matan económicamente

Porque viene el coletazo. Ahí hay un debate que no se ha hecho.

¿Cómo anda este año la publicidad?

Es un termómetro de la economía. Arrancó bien, la mitad de año fue terrible, pero, por fortuna, el último mes y medio ha repuntado la pauta y esperamos que de aquí a final de año se recupere.

Son un islote en el mundo

La situación que están viviendo los medios de comunicación tanto en Europa como Estados Unidos, es entre trágico y apocalíptico. Están recortando capacidad periodística por falta de recursos. No sabemos para dónde van. En los países emergentes seguimos siendo una prensa muy vigorosa y bastante próspera. Pero desconocemos cuánto tiempo va a durar.

¿Podrán seguir otros 30 años con ese grado de influencia y rentabilidad o tienen los días contados?

Los medios están cambiando rápidamente, la llegada de las redes sociales no solo están amenazando el modelo de negocio, sino replanteando la manera como se hace periodismo. Muchos vaticinan que el papel se puede acabar y en ese sentido conservar el liderazgo, mantener la relevancia que tiene hoy en día Semana, es todo un desafío. No solo es indispensable mantener la independencia, reforzar aún más la capacidad de convertirse en un contrapoder y fiscalizar los abusos de los demás poderes, sino acudir a la imaginación y la creatividad para encontrar fórmulas periodísticas que sorprendan a las audiencias.