“Los conflictos afectan 30% de las inversiones”

¿Qué significa la pérdida de Cusiana?
Lo tuvimos en operación por 28 años, entonces es el campo insignia y donde se desarrollaron las mayores reservas y producciones. Sin duda alguna da una nostalgia muy grande ya que se generó mucho conocimiento y era la casa de muchos trabajadores, de hecho, 30% de las personas quedaron dentro de Ecopetrol operando la planta. 

Pero ya en términos económicos Cusiana no representaba tanto para Equión. Como el contrato empieza a terminar, en los últimos cinco años ya no se invirtió tanto porque no se alcanzaba a recuperar. Así que en términos concretos de crudo líquido solo perdimos 2.000 barriles. 

¿Cómo se recuperará esta producción?
Ahí está el reto, continuar con el conocimiento pero ahora arriba en la montaña; en Piedemonte. Ya BP había avanzado en las inversiones en este lugar, pero no había explotado el campo a su máxima expresión. 

Hasta ahora, nos ha ido muy bien en el desarrollo del Piedemonte, estamos sacando en líquidos 44.000 barriles día promedio (bdp), de los cuales 50% neto es de Equión. Nuestro reto es llegar a 50.000 bdp. 

Y en términos de gas ¿cómo se vieron afectados?
En gas estábamos sacando de la planta 250 millones de pies cúbicos (MPC). De esos, por lo menos 70 MPC venían de Piedemonte, que los conservamos, y quedaron 150 MPC que se entregaron a la asociación. Hoy en día tenemos inventarios en el sur y estamos inyectando arriba. Así que nuestra producción depende de cómo se maneje el yacimiento. Pero efectivamente perdimos 11% de 150 MPC. 

¿Cómo será la inversión en Piedemonte teniendo en cuenta que el contrato vence 2020? 
La inversión en cada pozo está en US$60 millones y puede estar generando entre 2.000 bdp y 8.000 bdp por pozo. 

Planeamos cuatro pozos de esas magnitudes. La idea es que cuando se entregue a Ecopetrol el campo sea productivo y tenga una producción mayor.  

¿Cómo va 2016?
Vamos muy bien. Como todo lo habíamos preparado para US$30 el barril, cuando este sube a US$48, tenemos US$15 más de lo que esperábamos. 

No obstante, nuestras finanzas sí se están viendo afectadas por el entorno. Algo que podíamos hacer en 15 días, como movilizar un taladro, nos está tomando meses. Eso sí está resquebrajando las finanzas y la posibilidad de invertir. 

Además, como tenemos un fin de la licencia en 2020, se hace un análisis financiero de acá hasta esa fecha y si la línea de un proyecto no se mueve, al final toca cancelarlo. Nos está tomando mucho tiempo operar ya que hay un desorden cívico en el país muy grande. 

¿Qué ha incrementado este hecho? ¿La caída del precio? 
No solo eso, yo creo que es algo que se ve a nivel nacional. Hay bloqueos agrarios, camioneros, etc. Además otro problema es que por más de que se ponen denuncias no pasa nada.

Hay un desorden cívico porque no hay reglas de juego. Se hace lo que quiere y no pasa nada. Hay un reto muy importante en términos sociales. Afortunadamente hoy en día ya no hay matanzas como se veían hace muchos años, pero si hay un tema de aumento del conflicto social y la protesta, que se convirtió fue en chantaje y amenazas. 

Ustedes tenían un plan de inversiones de US$150 millones. ¿Cómo se ha visto afectado por esta problemática? 
Seguimos luchando. Vamos a mitad de año, pero efectivamente los retrasos nos llevan a que los US$150 millones no alcen a ser invertidos este 2016. Estamos mirando si se pueden pasar al año siguiente, pero eso es si nos podemos movilizar. Si no, definitivamente no se podrían invertir. ¿Cuánto está afectado? Depende de cuando podamos iniciar las actividades, pero hoy en día estaría afectado 30% y podríamos llegar a una afectación de 50%. 

Con estas condiciones, ¿cuántos pozos de desarrollo están haciendo y cómo va la producción?
A pesar de todo, somos la única empresa que ha mantenido sus niveles de producción, en 101.000 barriles de petróleo equivalentes por día, y perforación. En 2015 teníamos cuatro taladros operando y hoy tenemos dos en operación y uno que finalmente se va a movilizar.

La opinión

Rubén Darío Lizarralde
Presidente de Campetrol
“Hay que mitigar estos choques, de modo que el efecto precios no se agrave por incidentes que la fuerza pública puede combatir”.