“Los bloqueos se volvieron la nueva extorsión al Estado y también son inflacionarios"

En Inside LR, Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, trazó el mapa urgente para el sector del agro: la seguridad jurídica y seguridad física- para producir y comerciar.

El dirigente gremial advirtió que la relación con EE.UU. es vital porque concentra exportaciones y provee insumos, y que no puede normalizarse un arancel de 10% que resta competitividad frente a México.

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Explicó que el desempeño del sector obedece a ciclos de precios e insumos, al clima y a la tasa de cambio: un alivio para importadores, pero una presión para los exportadores. Bedoya propuso una agenda de “43 caminos” y una bancada agropecuaria para blindar políticas más allá de los vaivenes políticos.

¿Cuál es el balance del Congreso de la SAC y qué temas marcaron la agenda?

Fue muy positivo: cerca de 500 asistentes, presencia de las cabezas de ramas del poder público y un diálogo franco con precandidatos. Profundizamos en la relación con EE.UU., que es nuestro principal mercado y proveedor de insumos, el panorama mundial de alimentos con el economista jefe de la FAO, y dos ejes que me obsesionan: seguridad jurídica y seguridad física para producir.

Habla de seguridad física y jurídica como urgencias. ¿Por qué?

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Porque sin carreteras despejadas y reglas estables no hay comida ni inversión. Los bloqueos se volvieron la nueva extorsión al Estado: vulneran el derecho a la alimentación y son inflacionarios. En Tunja-Bogotá se dejaron de recoger 500.000 litros diarios de leche; en mayo de 2021 hubo 3.000 bloqueos y la inflación de alimentos saltó 5,2% en un mes. Nadie responde por esas pérdidas ni por vulnerar el derecho a la alimentación.

¿Cómo lee el crecimiento reciente del agro y por qué ya no crece a dos dígitos?

Nuestro desempeño obedece a ciclos de precios e insumos y a la heterogeneidad productiva. Café, cacao y azúcar han tenido buenos precios; palma se moderó; papa y arroz pasaron de sobreoferta a ajuste. En pecuario seguimos firmes, pero los precios al consumidor (huevo, cerdo) pesan. No hay una sola velocidad: cada renglón responde a clima, insumos y demanda.

¿Qué espera para 2026 en agricultura y pecuario?

El campo es “al sol y al agua”. En permanentes (café, cacao, palma, aguacate) veo estabilidad si el clima acompaña; en transitorios, dependeremos de lluvias y costos. La tasa de cambio hoy ayuda a importadores de insumos y aprieta a exportadores; por eso promovemos coberturas cambiarias.

¿Qué tanto afecta el dólar a los exportadores?

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Con dólar bajo, al liquidar en pesos el ingreso neto cae, aunque algunos precios internacionales subieron. Las coberturas, como las que usa la floricultura, mitigan esa volatilidad.

¿Cuánto aportó el café al buen momento del agro?

Muchísimo: más de 543.000 familias dependen del cultivo. La renovación de cafetales elevó productividad y la bonanza ayudó. Pero 2026 estará cruzado por clima aquí y en Brasil.

¿Cómo están las exportaciones ante los roces con EE.UU. y los aranceles?

No podemos normalizar la tarifa de 10% como el “nuevo cero”. La última orden ejecutiva volvió a 0% a café, banano y otros, pero mantuvo 10% para flores, palma, azúcar y tilapia, mientras México compite sin ese lastre en varios rubros. La relación bilateral debe blindarse de la coyuntura política; de ella dependen más de un millón de empleos.

¿Es realista diversificarse hacia Asia y China?

Sí, pero sin voluntarismo. Se requieren admisibilidad sanitaria, logística viable y volúmenes industriales. En flores y tilapia dependemos de avión; hacia Asia eso es complejo. En contenedores hay tiempos y costos mayores. Algunos sectores ya abrieron puertas (aguacate en Japón y Corea; primeros envíos de pollo a Japón), pero hay que empresarizar más el campo para llenar barcos con constancia.

¿Qué propone para el próximo Gobierno y el Congreso?

Presentamos “43 caminos para cumplirle al campo”, agrupados en cinco frentes: (i) seguridad física y jurídica; (ii) producción sostenible; (iii) comercio, crédito e inversión; (iv) bienes públicos rurales (vías, conectividad, educación); y (v) mujeres rurales, ya que hay 5,8 millones de colombianas en el campo. Además, impulsar una bancada agropecuaria que trascienda a los gobiernos y asegure continuidad.

¿Qué mensaje le deja al país urbano sobre el agro?

Si protegemos la relación con EE.UU., desterramos los bloqueos y damos reglas estables, el agro puede ser el ancla de crecimiento y de empleo formal; pero sin seguridad y certidumbre, ningún plan de diversificación o industrialización despega.

EL PERFIL

Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia es Economista de la Pontificia Universidad Javeriana, tiene un Magister en Economía de la misma universidad y un Máster en Política Pública de Harvard University. Es presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia desde 2017.

Antes fue director de la Fundación Bavaria. También fue viceministro de Defensa para las Políticas y los Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa entre 2011 y 2015. Fue presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia, Fenavi, entre otros altos cargos.