Consumo colaborativo o economía democrática

La digitalización de contenidos ha hecho que las personas se den cuenta de algunas de sus necesidades reales por encima de las que creían que tenían antes. Por ejemplo, el consumidor ahora sabe que lo que quiere es una canción o las canciones que trae un disco, pero no el disco en sí. Entonces surgen plataformas en internet como Spotify o Grooveshark que te permiten acceder, sin costo, a la canción que quieras cada vez que te den ganas de escucharla.

Sin planearlo, la reciente crisis económica ha impulsado y fortalecido la tendencia de poseer menos y ha puesto a muchos a pensar sobre la priorización en la adquisición.

Por ejemplo, para qué tener un carro parqueado 90% del tiempo, si puedo ponerlo a disposición de otros y al tiempo que le es útil a los demás, yo recibo ganancias por ello. La gente le está prestando mucha atención al uso del dinero y observa qué tipo de retribución consiguen en cuanto a felicidad, necesidad o ganancia económica, algo que antes no era muy común en los consumidores.

Todo este sistema supone un gran cambio cultural y económico. Migrar del arraigado consumo individual a un modelo completamente nuevo, pero atractivo, que nos proponen hoy las nuevas tecnologías y que espera acoger a la mayor cantidad de usuario.

Por su parte, plataformas como Dreamshaper, dedicadas a potenciar el emprendimiento de los jóvenes desde las aulas, dan hoy fe del auge del consumo colaborativo.

De hecho, uno de los proyectos más grandes y destacados que tiene la empresa es Style in a box, modelo de negocio tan sencillo como que tienes un evento y no quieres comprar un vestido de diseñador que no volverás a usar, ingresas al portal web, escoges un vestido y por un precio más asequible, puedes alquilarlo por el tiempo que te sea necesario y luego lo regresas. Esta iniciativa recibió 500.000 euros (US$585.805) de inversión sin siquiera tener experiencia previa.

Este modelo de negocio aun es relativamente nuevo en Colombia y aunque se creería que la desconfianza podría ser una clara desventaja de esta alternativa, por el contrario, se reduce gracias a las valoraciones, recomendaciones y referencias que los mismos usuarios de un servicio deciden dejarle a futuros consumidores, es decir, no solo se modifica el comportamiento de la economía, sino también la manera de relacionarse, intercambiar y consumir bienes y habilidades.

Esta es la tendencia en este momento que las personas piensen en cómo aprovechan sus recursos en beneficio de otros.

Dada todas las oportunidades y valores agregados se calcula que la economía colaborativa vale hoy cerca de US$26 billones y se espera en pocos años llegar a los US$110 billones. Además, se ha convertido no solo en una realidad económica, sino también en la máxima expresión de la democratización de un sistema económico que, hasta hace un tiempo, parecía estar reservado solo para los dueños del capital.

Emprendimiento en Colombia, como una carrera
Según datos de Global Entrepreneurship Monitor, 89% por ciento de los colombianos cree que ser emprendedor es una buena opción de carrera, por lo que buscan entidades públicas y privadas que los apoyen. Más de 6,4 millones de personas en Colombia están actualmente involucradas en proyectos de emprendimiento, lo que hace que hayan iniciativas de financiación y apoyo de algunas entidades.