El cambio repentino de clima que se presentó en el río Obi, Siberia, llamó la atención de los turistas, pues luego de disfrutar del día más soleado del verano empezó a granizar, provocando así un descenso de 20 grados en la temperatura. A los bañistas no les quedó de otra que correr para que las piedras no los golpearan.