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Inseminación, la estrategia para una genética bovina confiable

martes, 14 de mayo de 2013
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Merian Araujo

Gran parte del éxito del negocio ganadero, que en sus principales líneas permite la venta de la carne y la producción de leche, está directamente determinado por los ciclos reproductivos de las vacas y el tratamiento que se les da antes y durante la gestación del feto.

Como un complemento para ese proceso, la inseminación se ha convertido en una estrategia clara para obtener ejemplares con mejores características.

Sin embargo, por lo compleja y rigurosa que es esta etapa, un empresario interesado en la reproducción de sus crías, debe tener en cuenta diferentes factores, entre estos, la etapa de madurez de la vaca que varía, entre edad y peso, según la raza.

En ese sentido, como explica Pablo Lorenzo, médico veterinario y gerente de marketing para Latinoamérica de Laboratorios Virbac, el rango es amplio, pues “hay explotaciones lecheras que ya a los 14 meses están inseminando a las vaquillas y otras que logran pesos de “entore o servicio” en ganado de carne recién a los 24 meses”.

Por su parte, una vez que el animal esté listo para el proceso, el celo se presentará cada 21 días, y durará otros cuatro. Y según explican expertos, la época más fértil es la segunda mitad de ese tiempo.

En este punto, es clave que los ganaderos escojan el método de reproducción para la vaca, que puede ser por monta natural o por inseminación artificial. Y pese a que aún muchos criaderos prefieren hacerlo a través de la primera opción, la inseminación es muy optada gracias a los beneficios que ofrece.

Entre estos, cabe destacar temas como el aprovechamiento del semen, que puede ser diluido y llegar a inseminar hasta 1.400 hembras. Así mismo, este método permite que se escojan los mejores rasgos de los machos y se transporten a cualquier distancia, si el semen es congelado. Gracias a ello, ya no hay límites de tiempo o espacio para obtener una buena monta.

Una vez que la inseminación es realizada por un veterinario especializado, se logra fecundar una sola cría, que se gestará durante 9 meses. En ese periodo, para identificar la preñez de la vaca, hay síntomas como la desaparición del celo, la progesterona que se hace presente unos 20 días después de la inseminación y, por supuesto, el crecimiento del feto.

Sin embargo, se recomienda que entre los 40 o 60 días se haga la palpitación rectal, para identificar la presencia del feto en el útero de la vaca.

Cuidados para la preñez
Aunque la preparación de la vaca para la reproducción debe realizarse desde temprana edad, hay cuidados fundamentales que deben tenerse en la época de madurez. Entre estos, el aporte de minerales, ya sea en forma oral o inyectables como de algunas vitaminas esenciales del grupo de las liposolubles A, D, E contribuyen al desarrollo pleno de las funciones orgánicas. Adicional, es clave que la vaca no pierda peso durante los meses previos o en la etapa de desarrollo del feto, pues puede generar desnutrición en la cría.

Alberto Rocha
Director técnico de la Central Genética Embriovet

“Con la inseminación artificial, se pueden escoger líderes de raza y obtener genética más confiable. También se mejoran los tiempos de reproducción”.

Pablo Javier Lorenzo
Medico veterinario de Laboratorios Virbac

“Cada país apunta a su mercado interno y de exportación que le marcan las pautas de producción con exigencias en cantidad y calidad de producto”.

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